Eran promesas
sólo eso.
Una mañana desperté
y me encontré sola.
Tu silueta
parecía una sombra fantasmal
de cobijas y sangre
en la cama.
Me poseíste
pero antes de marcharte
rezaste tal vez un Padre Nuestro,
quién sabe,
porque en mi cuello
sentí la crucifixión de quien entrega todo
sin garantías de recompensa.
Dejaste tu aroma
el semen
alguna que otra burbuja de saliva
y algunas cenizas.
Pero el detergente
fue suficiente
y hoy mis sábanas
tan blancas como antaño
sólo esperan a otro
que tenga presente en su espíritu
en su cuerpo
en su mente...
a la mujer.
La marca comercial
del detergente
no te la diré
pero fue muy potente.
Texto agregado el 06-04-2007, y leído por 264
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
10-09-2009
Simpático poema.
Uy qué penita el paso del detergente... makiu
15-09-2008
uffff.. intensa la poesia. pero el jabón mno mmató los reuerdos, pero los dejó libres de emociones.. excelente sendero
03-04-2008
cual es la marca?? necesito saberla para recomendarsela a una amiga PAN-CONLO-MISMO
09-04-2007
todo bien hasta que llegó el último párrafo...y BLUUUM.. accidente hacia la mierda! trip_ska
06-04-2007
poesía llena de realidades que nos gace vivir una despedida.. undia