Sobre una butaca se encuentra el ventero
pregonando las mutiles camas que presta
llora en su interior una moza con razón.
El macho que no lo es, dice: “entro primero”
sin dar esmero a la hembra, pobre de la cesta,
no busca cálida cama; sino un buen sazón.
Termina el fraudulento macho adinerado
con sus altas voces pregonando lo generado
queda la pobre hembra con su cuerpo morado
para no recordar todo esto como pasado.
Diario ha de poner frente a un ciego espejo
una flor ligera, talvez amapola sin cejo
que le quite el recuerdo de lo ya no es mas.
Llega al hogar; la leña, la comida, flemas.
Texto agregado el 06-04-2007, y leído por 156
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
06-04-2007
Brillante alegreincer. La mujer golpeada, el hombre adinerado. Flemas. Laberintos amables que viajan en la cabeza. Saludos. arsenio-lupin
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