05 de abril de 2007
Mi Muy Querido Tú:



Cierro los ojos y respiro profundo. Esta es una carta para ti.

No tengo muchas palabras para decir y sin embargo hay tanto que muero por contarte.
Eres tú, tú eres. Eres…una de esas personas que no se olvidan fácilmente. Eres. Solamente eres.

Hay cosas que pasan, inevitables, inexorables. Como tú y yo. Como nosotros, como esto que tenemos. Como tus manos en mi pecho o tú boca en mi boca o tus dientes en mi cuello o tú lengua en mis labios. Como tú en mí. Como tú muy dentro. Como tú una vez. Dos veces. Tres veces. Mil veces. Inevitable, irrepetible. Inolvidable.

Sí, me estoy enamorando (¿acaso no le estaba ya, hace muchos soles y lunas?) y sí, sé de lo que hablamos. De los nos, y los porqués. Y los motivos. Los motivos que son otra cosa irremediable. ¿Y acaso no me pediste, sugeriste, ordenaste (que así lo sentí) que no…? Que no. Y los nos. ¿Qué no qué?

Si te miro profundo (¿y porqué no?), si te miro profundo y me enciendo por dentro. Si lloro en las noches, si te busco, si te sufro, si te amo, si te odio, si te dejo. Si te busco, te busco, te busco. Si te comparto o te guardo. Si te celo o te publico. Si no. Sí, no. Y no. No ¿por qué? ¿Está mal? Lo siento entonces.

Hay algo que debes saber, aceptar. Tú no me mides. No me mides los sentimientos. Son míos, y yo los guardo, los atesoro o los reparto o me los quedo. Yo decido si regalar de ellos un centímetro o un cielo. Y a ti te los doy todos, a cuentagotas, en pequeñas dosis. Pero todos. Galaxias.

Pero tú… Tú no me entregues lo que no quieres, no me aceptes lo que no buscas. Aquí estoy, de todos modos, de todos los modos. Te me entrego toda, completa, única, inmortal, imborrable. No me olvides.

¿Me olvidarás? En tus dedos, en la boca, allí búscame. Estaré enredada entre tu piel, el olvido, la memoria y los recuerdos. Soy tuya. Por siempre. Por siempre soy tuya

¿Te olvidare? Eres mío, ya te tengo grabado en la piel, el pelo, las uñas, la lengua, los dedos, los muslos…en el alma. Tuya soy, desde el principio y hasta el fin.

Este es el final de la carta que te escribo, que te escribí. Me despido con un beso, un abrazo, una caricia y un te amo. Adiós, y por favor: Sueña conmigo alguna noche.




Toda completa:
Yo.