El fuego y la pasión se presentaron en aquel motel,
Aun me recuerdo recostado en la cama,
Viendo nuestros cuerpos en el espejo del techo,
Tu toda sudada y yo todo excitado,
Tres, nos echamos 3… horas hablando,
Claro después de haber planchado,
Todo cambio al ritmo del placer,
Los dos crecimos cual torres de babel,
Sin intentar enojar a Fidel,
Porque tú de turista no viniste,
Que triste, que triste que de Cuba llegaste
Y en este motel terminaste,
No pensaste en la visa,
Sólo en salirte de esa isla,
No pensaste en la aduana
Ni tampoco en la comida,
No quisieras la prostitución,
No quisiera tú deportación,
Pero tampoco tú adoración,
En el motel diablito nos encamamos,
Pero ni creas que vayamos a casarnos,
Vámonos vistiendo y vámonos marchando,
Mientras yo te voy pagando
Por el excelente servicio que me diste,
No te preocupes negra, que te voy a recomendar
Con mis amistades y mis familiares,
Para que ellos también los pantalones se los vengan a bajar. |