Perdido en los versos de soledad y dolor,
Puedo a lo lejos ver la luz de la esperanza,
Y dirigir mis innumerables versos de añoranza
A tu alma, mi bella flor.
He encontrado por fin inspiración,
Ella se dirige a ti mi hermosa niña,
Escribiéndole bellos versos más pomposos que la más grande viña,
Y quitándome para ello toda mi razón.
Mi hermosa y blanca luna,
No hay nada más hermoso y majestuoso,
Y me gustaría ser esposo,
De tú belleza, que rival no haya ninguna.
Cuando oigo tus bellas palabras,
Que consuelan mi eterna melancolía,
Vuelo como lo hace el sol cada día
Y observo todo el amor que tú en mi a diario labras.
Tú, mi ángel de amor que adorna mis noches,
Tú, que estás siempre presente en mis pensamientos,
Y eres el ángel más hermoso en todos los advientos,
Por favor, llévame en tu dulce coche.
|