Bueno, les cuento que estar preso en otro paìs, es doblemente duro, lo duro de la condena, hace que minimice algunos problemas como este, pero la verdad que ademàs del problema de cadenas y los barrotes, me siento extraño en un paìs tan hermoso y sufro.
Ademàs de extrañar a mi gente, mi familia, extraño por ejemplo el mate, el olor a yerba, el tango, alguna cumbia de, las tortas fritas, el dulce de leche, los carritos de chorizos, el estadio Centenario, el Parque Rodò, el Frente Amplio, la cerveza Pilsen, los bikinis de la Playa Pocitos, las chicas de Candys, los panchos de La Pasiva, el puerto, la rambla, el gusano loco, las murgas, el candombe,el che, el vos, el dale, el ta bien, y tantas otras cosas.
Màs que nada extraño a la gente, su forma de hablar y de vestir.
Sì preso, lo sè, pero con identidad, soy uruguayo hasta la mèdula, quiero a mi paisito y tengo miedo de no volver a verlo. Te amo Uruguay¡¡¡¡ |