Caminaban juntos de la mano por las aceras de l aplaza en un atardecer melancólico y triste, el silencio de aquel momento ninguno lo deseaba romper, delatar sus sentimientos querían evitar, que hermoso era ver a aquellos dos locos de la mano jugando a las miradas decidoras. Los sigo desde atrás como si yo fuera aquel joven que ama y es amado, con un cigarrillo entre mis dedos, sin un hogar, inhalando el humo que consume mi cuerpo, deseando que me haga escapar de esta realidad tirana, pero ellos se detienen y yo me escondo, el camino ha llegado a su fin, las lágrimas comienzan a nacer en sus ojos para caer por sus mejillas... Aquella era la última caminata de esos dos locos, las malditas palabras rompieron ese silencio puro y espiritual que aun los unía, los veía desde lejos y el dolor de ellos se mezclaba con mi corazón, terminaban sus sueños de amor por una tontería, ninguno quiso ceder, ni dar el primer paso hacia el perdón, ellos entendían que todo tenía que acabar ya, las lágrimas de ella se confundían con las de él. El sol nocturno ya se encontraba siendo testigo de aquel funeral, la luna y yo asistíamos a la muerte del amor...
Un abrazo tan fuerte, que hasta yo quería salir corriendo y llorar de dolor por aquel espectáculo, esos locos enamorados se van a separar,una familia de dos se va a perder, todo un futuro de esperanza se rompe en este mi mundo. Las luces del alma se apagan, y al ave que intentaba volar le han robado las alas. Me siento a esperar, esos locos tomaron caminos diferentes sin saber que el destino se encargará de volver a unirlos, cuando en una noche igual a esta, esos locos solos salgan a caminar y cuando el recuerdo los haga llorar ahí estarán para poderse consolar, y ahí estaré yo para poder de su felicidad también seguir mi camino....
Enciendo un cigarrillo y continuo mi viaje, And I love you so, de un restaurante americano llega a mis oídos.
- No estaría nada mal un café, cierto mi amor?
La tomé de la mano como hace tanto no lo había hecho y fuimos a charlar.
- Tantos años separados y hoy te encontré junto a mi nuevamente. Sí, mi amor, yo soy aquel hombre del cigarrillo que te seguía a todas partes...
El destino quiso que aquí nos uniéramos... en París... en la ciudad de las luces... en un restaurante americano...