Oh! Que poderosa y colosal es La mar, baila al ritmo de los vientos y guarda en su seno a las criaturas de las aguas. Oh! fiera indomable eres, te ocultas en tus aguas y no me das tu talante, me engañas en tus aguas tranquilas y me traicionas al dar un paso más allá, me desafías con tu fuerza y me encantas hacia ti, ni el hombre mas fuerte podría resistirse a tan maravilloso evento, no hay giro en pos, si logras ver lo hermosa que es la mar nunca mas regresarás a tu lugar, es el costo que tuve que pagar para poder ver a La mar, pero ni aun así se quería mostrar, su capricho era escapar… Ya en medio de la mar, las esperanzas se dejaban atrás, sin embargo había una dama mas poderosa que la mar, ella era la luna que al dormirse, la mar subía para abrazar su lecho, en aquel momento ella no podía escapar, se tenia que elevar, y ahí estaba La mar, la ondina reina de las aguas en aquel espectáculo de muerte, en que la luna fue mi fiel testigo cuando logré besar los fríos labios caprichosos de La mar…
Fue la sensación mas extraña y deliciosa, unirse en un solo cuerpo y ser durante unos segundos tan inmenso como la mar, sentirse en todos los lugares a la vez, ser omnipotente y conocer cada detalle de lo que ocurre en el mundo sumergido, controlar las temperaturas y las corrientes, sentir tan diminuto al hombre que se baña a los pies de la mar, mas insignificantes que el mas prehistórico de los peces, poder destruir ciudades enteras…
Que lástima que no puedan sentir lo que pude vivir, que lástima que yo no pueda volver a estar con ustedes, pero es el precio que se debe pagar para poder a La Mar besar…