De a poco va oscureciendo.
Los golpes a la puerta ya no se repiten tanto, al igual que el timbre del teléfono, la cerveza entre amigos, el vaso volcado y las risas, alguien susurrándote al oído que despiertes para seguir a su lado (solo un ratito amor) y vos que es el amor o tu jefe, el ascenso quien sabe a donde (lo supe a su tiempo), y una vez al año quizás, despertándote para seguir a su lado.
De a poco va oscureciendo.
Extraño esos susurros, ese día al año en que “El Amor” vencía a “El Jefe”, los pasitos en la escalera, papi esta el hombre malo en el placard, durmiendo los tres, muy juntos, tantos soles, días de escuela, su primer gol, de donde vienen los bebes?. Paso a paso y de allí a la escuela, el revelador primer beso, la universidad, papá acá esta mi titulo, las bodas, los nietos y la vuelta al primer gol y los juegos. Y mi mano hundida en sus cabellos y su susurro que me despierta para seguir a su lado.
Y va oscureciendo de a poco y de a poco se van apagando, cual estrellas al avecinarse la tormenta, las luces de las celdas, una a una hasta que no queda ya ninguna.
La cama de arriba, la cabeza en la almohada, los ojos entornados, el techo cada vez mas lejos, la oscuridad, el rojo profundo.
El rojo profundo, el profundo rojo y ríos y ríos de profundo rojo y todo mojado de rojo y ríos y ríos de rojo sangre.
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