.

Cuántas veces
creí despertar
del sueño amargo

De la letanía sin fin

Del oscuro silencio...

Y no era cierto.

II.


Esta coraza es tan dura
como las conchas de las
caracolas, de los puercoespines

Y, dentro, estoy yo
como un pequeño animalito
enroscado en sí mismo

III

Sobreviviendo,
pasando las hojas
del calendario sin salir, sin ver

Estaba ciega,
La monotonía y la decidia
me ayudaron a
arrancarme los ojos.

IV.

Pasé de noche y sin ver
Pasé de día sin sentir
Años, meses, semanas
días

Me anestesié
con la tristeza
con la pereza
con el hastío

Y seguí ahí,
en mi coraza

Dura con un dolor
adentro que no
salía

V.

Pero, el dolor pudo más

Y de repente parecía
como si un pie
golpeara la cáscara

O como un tigre
que encuentra la
caparazón del armadillo

Jugando con éste a la pelota

VI.

Se movieron mis manos
Mis piernas
Y vi que no era un animalito

Soy una mujer que dormía

VII.

La luz dolió
Y lloré con la realidad del día

IX.
La luna anuncia cambios
la miro hermosa, plena

Y me anuncia que
después del parto de mí misma

La realidad y el dolor
movilizan la herradumbre

de la quietud malsana,
del confort mezquino

Es el presente que
retumba en gritos

"No más aquí ni nunca más fuera del mundo".