Navegaré en la locura de mi mente hasta encontrar respuestas, o hasta perderme en el abismo del conocimiento desconocido.

Este es el momento, el espacio. Esta la dimensión donde, se supone, debo marcar mi paso hacia la evolución. ¿De dónde, Dios, sacaré el valor para salir adelante? Si la respuesta a todo es el amor, ¿por qué no puedo aferrarme a él para sobrevivir?

Es tan común para mí decir que tengo miedo, que ahora desconozco hasta mis propios temores. He agotado casi por completo el vocabulario que pudiera salvarme de la perdición de la incomunicación. ¡ Me siento tan débil ! Mi cuerpo ya no responde a mi mente, y mi mente no responde a la razón.

Aunque no es correcto buscar razones estúpidas para sufrir, hélas aquí. Y héme aquí, hundiéndome poco a poco en mi mundo perfecto.