Sentado en el borde de la acera mirando al suelo con una mirada perdida en el tiempo está un viejo hombre. Su cara refleja la angustia que vive en su corazón, ve como su angustia se lleva volando todos sus sueños y anhelos y los pierde en el gran mundo. Las personas sienten como los sueños de aquel hombre se van con la angustia y el remordimiento pero no hacen nada, no ayudan con aliento de vida tampoco evitan la sutil tragedia. Sentado en el borde de la acera hay un hombre que tanta angustia ha recibido de la vida que pareciera que ya no le queda mas que dar, su cara que antes reflejaba toda la tristeza del mundo ya no puede mostrar su sentimiento ahora solo refleja felicidad, aunque todo lo ha perdido. Aquel hombre viejo de la acera ha perdido la fe y el deseo de vivir, aquel hombre sin ilusiones ni sueños que esta sentado espera la muerte al anochecer junto con un recuerdo que nunca deja de visitarlo. Aquel hombre viejo que esta sentado al borde de la acera solo tiene un deseo... volver a amar.