...estoy aquí, flotando despierta, pero no lucida del todo, y se ahora lo sordos que se hallaban mis sentidos...al no presagiar que pretendías huir de mi lado, al no escuchar que rogabas con tu fría mirada, que me asedie de amarte, que no soportabas un instante mas que te entregara mi afección, porque te quemaba, se calcinaba tu denuedo, hasta solo provocar ardor en las venas, se dilapidaba progresivamente, propagabas con una calma inconcebible, tu desprecio componiéndolo de ese letargo que te caracteriza, así se infectaba mi ánimo de tu indisoluble enfermedad; hoy reacciono, e indago en mi conciencia el porque rechacé en el antes ver, que lo que anhelabas era arrojar a mi espíritu, abandonarlo para dejarlo morir, expulsarlo de tu infinito, sin ningún tipo de contrición, mientras que cada halito mío, se apocaba por un beso tuyo, ya no eras tu… te rehusaste a seguir ideando motivos, junto conmigo, para continuar acariciando mi soledad, no aspiraste jamás ser parte de mi mundo confundidamente sutil, desististe de perseguir al bienestar que tanta falta hacia, no quisiste incumbirle a mi enajenación, ni a mis ilusiones, ni a mis fantasías utópicas, ninguna vez ansiaste ser ni un solo pedazo de mi…y fue así que cierto vislumbre se mostró, aunque no del todo, comprendí entonces que exigías redimirte de este empalagoso “compromiso” , y si, asombrosamente yo tan cerca y a la vez tan inexistente , tan nula en medio de tu neurastenia imposible; a la que calificaba de “celestial”, para creer que cumplía un sacrificio seráfico, si bien sonríen mis labios mientras escribo, en ese otro tiempo solo engendraba una tristeza absoluta, que absorbía mi defensa y cualquier indicio de salvación; que a la vez se transformaba en una anoxia que me entumecía de desesperación; bueno eso ya es un pasado sufrido, que ha vencido, no tengo propósito de emplazar nada, eso si, no volveré a padecer, al menos no inútilmente.
Sabes, esa compunción perversa a la que estas acostumbrado, no solo produjo secuelas en lo ajeno, recíprocamente fueron obstruyendo tu gélido núcleo, asesinando las escasas emociones que albergas en el; peor suplicio no se halla; mientras te complacías del envenenarme, no advertías, que te diluías del mismo modo, que maldición mas merecida; es por eso que no conspiran mi alma y mi razón asesinarte como sucedía en ciertas tormentosas ensoñaciones, que surgían luego de aquellos episodios inquebrantables saturados de daño; pero que ni se te ocurra, ninguna vez mas pienso afectarme por culpa tuya, solo basta contemplar el céfiro, el atardecer ideal, para saber que hay uno y cientos de fulgores que te alumbran el camino, aunque no puedo negar que aun desprevenidamente recuerdo las tantas veces que te adormecías en mi pecho simulando ser tan cursi, posando de romántico enamorado, con esa sensiblería bastarda, bah…crees que por siquiera una fracción de segundo, lo consideré auténtico, era muy real, pero definitivamente no verdadero, tu no sirves para querer, tu no naciste para apreciar, ni necesitar, tu estas inhabilitado para eso, tu llegaste a este mundo fallado, roto, abortado, errado, frustrado, esta resuelto, se justifica ahora tu inutilidad para entregar ternura, marchitaste hace mucho, feneciste en algún tiempo de tu triste biografía; a causa de tu, infección crónica, de ese padecimiento porfiado, tan lleno de heridas vehementes e irracionales, que no me dejaste aliviar jamás…
Eso es lo que esperabas oír, se te concedió el deseo, lamentablemente el mió sigue sometido, oprimido aguardando aflorar; alguna fecha será poseedora de la magia, hasta entonces permaneceré en mi capullo, bajo el hechizo de aquel mago de lo fatal, emanando ese odio-amor que estimulas contradictoriamente…cuantos planetas estallaran hasta descubrir el antibiótico que frenara esta adicción…
…Te digo un secreto la solución estuvo ahí siempre, talvez continué, quizá si la reconocieras, lograrías salvarnos, sería diferente el rumbo de la trastornada tragedia que nos encierra, si supieras creer en ese único y puramente dulce, antídoto; no habría necesidad de resistir el agonizar, simplemente no tendríamos fin; seriamos eternamente etéreos (…)
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