Es tarde nublada y de mucho viento, cuando decidí dar un pequeño paseo por aquel lugar tan hermoso, el viento soplaba y las hojas de los árboles caían como si estuvieran danzando una melodía que sólo ellas podían oír. Miraba hacia el cielo, confuso pero azul completamente, las nubes formaban figuras que me mantenian atrapada en mi imaginación. Más allá, una fuente que nunca antes había visto en mis paseos de media tarde, Voy a hacia ella, no tenia agua, sólo hojas muertas de los arbustos del lugar, seguí el camino, afirmando mi bufanda y acomodando mi abrigo, Al tropezar con una piedra, el balance de mis piernas me llevan en un vaivén que me hace chocar con rejas tenebrosas y oxidadas, Estas se encontraban poderosamente cerradas, las observé brevemente; traté de no darle importancia y seguír mi camino, pero la curiosidad, sin duda es más poderosa.

Cuando levante mi cabeza al mirar a través de esos fríos fierros, noté que “protegían” de cierta forma un lugar casí desierto, me parecio bastante raro, ya que al no ser por unos árboles con grandes ramas y pocas flores, no había más nada. Quise cruzar esas barreras que impedían mi camino, pero antes de golpearlas con mi pie, se abrierón, Esas puertas se abrierón de par en par, como si se abrieran para mí, invitandome secretamente a lo desconocido. Seguí el paso apresuradamente, me dirigí a esas florcillas llamativas, tenían un color cautivante, las acaricie meticulosamente, traté de robar una por el tallo, con un movimiento violento la arranque de raíz, pero está se desvaneció en mis manos, asustada me alejé de aquel arbusto extraño, corrí hasta llegar a un acantilado quedé por poco colgando y mi corazón latía frenéticamente, fácilmente me he asustado. Comencé a escuchar susurros que provenían desde el aire, cada vez se hacían más fuertes, tapaba mis oídos, no los podía soportar, afirmaba mi cabeza como si esta fuera a caer. Finalmente abrí mis ojos y todo quedó en silencio, silencio perverso, por otra parte era mejor que los susurros, pero esta quietud empezó a perturbarme, Pensé que la soledad me agradaba, hasta a veces la deseaba, yo creía estar acostumbrada a ello, pero no lo soportaba.

Corrí, casí volé; fui a la entrada de este horrendo lugar, escapar era lo que quería, tomé la puerta, pero no se abria, estava cerrada, diabólica.
¡No podía ser!, atrapada aquí, no podía pensar, el silencio seguía presente, comencé a mariarme y sólo recuerdo el rocé del pasto en mis mejillas al caer.

Desperté confundida, de nuevo ese cielo azul potente, ¿Habrá sido todo un sueño?, sueño, ¡Ja!, pesadilla. Volteé mi cabeza esperando algo familiar, pero ahí estava, solo el silencio que me vío caer, mi condena y nada más...

... Quedé atrapada en este lugar, para siempre es decir poco, presa de la soledad silenciosa y sus susurros traicioneros, que se turnaban para regalarme demencia, jardín maldito...

¿Eran mis miedos los que me atacaban?
¿Era mi destino términar aquí ?

... tantas dudas, tantos secretos, estas preguntas nacidas para no ser contestadas, pues en la soledad y silencio perpetuo, estava yo...

" Terminé vagando en mis propios llantos y murmullos de demencia, tal como un sueño..."

... Quizás, ¿Habré despertado nuevamente?




~ ~


Tamara A.R