La Era de la Oscuridad

Después del pasar de los años, los Trow volvieron a sus ancestrales territorios y, lentamente, la raza humana comenzó a salir de su estado primitivo de la evolución: las tribus brutas pasaron a ser bandas de guerra, luego naciones, luego reinos e imperios. Los humanos lucharon contra sí mismos y con cualquier otra raza que creían poder derrotar en batalla.

Fue así como en esta época de guerra y distensión entre las razas, un mal se levantó en el mundo. Según las historias, no se sabe si ya existía antes de que el mundo fuera creado, o se había generado en un plano silenciosamente fuera de las guerras y las atrocidades. Fue este mal el que no deseó nada más que la destrucción de la humanidad y de todo el mundo con ella.

Así comenzó todo con la llegada del cometa que cruzó el cielo del Este al cumplirse el primer milenio de existencia humana en el mundo, trayendo consigo una cantidad de energía de proporciones épicas; hasta otros mil años después, cuando el cometa volvió, su energía disminuyó. Por miles de años, este flujo cíclico de energía negativa, fue la causante de la masiva destrucción y resurgimiento de civilizaciones humanas una y otra vez. Todavía con su presencia y clandestinidad, los esquemas malévolos se mantuvieron desconocidos para el resto de la gente.

Mientras las civilizaciones humanas eran reconstruidas y levantadas, muchos eruditos doctos comenzaron a detectar que había un patrón en la historia de su vida. Pronto, legalmente creyeron en que cada mil años, junto con la venida del cometa, un poderoso hechicero aparecería para destruir la civilización hasta traer el fin de la raza. Después de este período, el mantenimiento de la oscuridad en el mundo disminuiría, y la humanidad reconstruiría de nuevo la civilización perdida. Luego de descubrir la realidad de la maldita entidad comenzaron a llamarlo “El Nivelador” (*)

En un momento, durante muchas de estas fases de oscuridad y luz, un gran conjurador llamado Bahl’al (**), aprendió de los Callieach y de los grandes poderes de la vida y la muerte que los mantuvieron. Deseoso de poderes desconocidos, exploró la ciudad hundida de Si’anwon para buscar las Piedras Rúnicas de los callieachianos.

Después de unas largas semanas, de hecho, él logró desenterrar una Piedra Rúnica y con ella, redescubrir el Sueño de los Muertos Vivientes. Con este siniestro descubrimiento Bahl’al se convirtió en el primer Nigromante humano del mundo.

En otro lugar, el feroz y lúdico Ogro de las planicies heladas se resistía a los Trow al sur de sus tierras. Así fue como ellos vieron los monumentos y edificaciones de hierro a su diosa, y decidieron llamar a los Trow “los consortes de Nyx”. El orgullo Trow se vio otra vez rajado y pinchado como una astilla en el ojo. Los gigantes no se mantendrían tranquilos ante tal insulto de vivir la misma vida de los inferiores ogros. Los Trow se habían convertido en maestros del metal durante milenios que habían pasado desde su creación, y habían hecho, hasta ese entonces, complejos juegos de armaduras para la raza entera. Los Guerreros de Hierro marcharon, adentrándose en las tierras de los ogros, avanzando y dejando atrás sus pobres defensas. Las mayores fortalezas de los ogros fueron vencidas y quebradas, y aquellos que francamente sobrevivieron ante la furia de los gigantes fueron encadenados y llevados a Rhi’anon como esclavos. Estos esclavos fueron forzados dentro de las minas a cavar para extraer el metal y así hacer aun más templos a la diosa Nyx. Pronto, la raza de los ogros fue totalmente esclavizada por los Trow.

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• (*)Un semidios conflictivo que reencarna cada mil años con la venida del cometa. Alusión a “The Leveler”.
• (**)Dice la leyenda que Bahl’al descendió a la hundida ciudad de los Trow y durante nueve días bajo el agua no respiró hasta encontrar la Piedra Rúnica, que sería su guía para el despertar de los muertos vivientes.

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Por otra parte, los poderes del Nivelador siguieron controlando el destino de la humanidad. Sus fuerzas fueron aumentando con cada paso de milenio y la raza de los humanos creyó en un punto que la energía del Nivelador jamás podría ser vencida; que derrotaría totalmente a la humanidad y que exhalaría el aire de sus vidas por el resto del mundo. Fue en ese tiempo de desesperación, cuando un poeta y filósofo llamado Tireces (*) sería el que traería la caía del Nivelador.

El Nivelador, bajo la forma de Sorangath, el Desollado, contrapesó las fuerzas de la Luz y machacó la ciudad estado de Tiruth'Dannor. Tireces furioso y planeando una estratagema que destruiría a las fuerzas niveladoras, reunió a los desunidos pueblos en contra las legiones de Sorangath.

A través de una gran guerra, la primera en la historia de la humanidad, se dice que Tireces logró hacerse camino hasta Sorangath y lo decapitó en un sangriento duelo (**). Las fuerzas del Nivelador encaminaron la retirada pero fueron destruidas en su totalidad, mientras que el cuerpo de Sorangath fue puesto en la hoguera y el nombre de Tireces esparcido por toda la civilización.

Esta victoria contra la oscuridad culminó con el comienzo de la Era de la Razón, y con ella el inicio de la iluminación del pensamiento de la humanidad. Pero, aunque el cuerpo del Nivelador fue destruido, la inteligencia malvada viviente en su cabeza se mantuvo por siempre encendida.

La Era de la Razón

Dejando atrás la destructiva fuerza del Nivelador, la humanidad fue creciendo en prosperidad. Pensamientos de caridad y educación usurparon los violentos instintos del pasado. Un gran señor de la guerra conocido con el nombre de Clovis del Bruig (***) se esforzó por unir a todos los pueblos en su reinado. Su triunfante campaña transformó al reino de Catedral Bruig en una de las civilizaciones más prósperas en toda la historia de Myth.

Catedral Bruig forjó alianzas con muchas de las otras razas, compartiendo conocimiento, sabiduría y tratados para mejor. Los Enanos de Myrgard se transformaron en los mejores compatriotas de los humanos. Incluso los reclusivos Skrael de la poderosa ciudad de Yer-Ks, extendieron sus escamosas manos en amistad.

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• (*)Tireces, al vencer al Nivelador, fue maldecido por este último con palabras jamás escuchadas por otros oídos, se dice que la maldición es el poema de la reencarnación. Pasados otros mil años Tireces volvió a aparecer con el nombre de Moagim, El Nivelador.
• (**)Dicen que la cabeza de Sorangath, aun sin cuerpo seguía viva y que fue en esos momentos de horror cuando Tireces fue maldecido.
• (***)En alusión a Clovis of the Bruig.

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En este tiempo de la Era, Mazzarin, el más poderoso Archimago de los humanos, soñó con formar un colegio de magia, donde las prácticas de lo arcano se unían en una sola y podrían compartir su conocimiento místico. Y así, la ciudadela de Illuan, fue construida para ese mismo propósito: Hechiceros, Magos, Soñadores, Invocadores y Diabolistas de todas partes del mundo conocido llegaron para enseñar y aprender de sus pares. Su combinado conocimiento rivalizó incluso con los extintos Callieach en potencia y los más inteligentes y preparados archimagos fueron catalogados de “Avatares”.

En cuanto los Trow seguían con la expansión de su imperio, con ellos también seguía su deforestación imparable, y así, lograron ocupar bosques enteros para sus forjas. Esto trajo consigo otra vez un conflicto, cuando llegaron a devastar la patria de los fir’Bolg. Los fir’Bolg, amantes de la naturaleza, montaron defensas contra los gigantes, pero no tuvieron ninguna oportunidad ante el paso de los imparables Trow. Lentamente, ellos huyeron hacia el Este, lugares desconocidos para muchos, despidiéndose de su tierra y buscando un nuevo bosque al cual llamar “hogar”. Esto los condujo por las llanuras hasta una zona extensa de bosques salvajes en el territorio imperial de Catedral Bruig. Pasó el tiempo y según dicen, es desconocido en los registros del cómo, comenzó una batalla entre los bárbaros fir’Bolg y los hombres de las llanuras. Fue así como Catedral Bruig envió a sus ejércitos para sacar al invasor fir’Bolg de sus bosques; esta campaña se extendió por años sin que ninguno de los dos bandos se rindiera por más sufrimiento que trajera para ambos. Los fir’Bolg finalmente cazados y perseguidos a través de los bosques, huyeron cruzando la Nubespina (*) y asentándose en el Armiño (**), lejos de la humanidad y los Trow por igual. El imperio se ganó el respeto de su enemigo en el conflicto, y a pesar de que estaban entristecidos por las atrocidades cometidas a manos de ambos bandos, el uso del arco y los fir’Bolg se unieron a las fuerzas de Catedral Bruig.

Los Avatares, eventumenalte por su parte, abrieron las puertas de su escuela a toda persona que estuviese en búsqueda de conocimiento en las artes mágicas. Una hechicera de gran habilidad se unió a sus líneas, su nombre era Moytirra. Sus excelentes estudios y lujuriosa energía fue notada y temida desde el comienzo por todos sus compañeros. Después de muchos años de entrenamiento, fue iniciada en la orden de los Avatares. Fue en ese entonces cuando los oscuros deseos de Moytirra fueron descubiertos por Mazzarin. Ella y muchos seguidores fueron conducidos a la ritualización siniestra en búsqueda del poder; invocando a los Dioses Oscuros con procedimientos mágicos escondidos y prohibidos por el enclave. Mazzarin la acusó acerca de su maldito trabajo. Moytirra defendió su postura con fanática ambición, diciendo que el poder debía se obtenido a cualquier costo, incluso si daba su propia alma a cambio de poseerlo. Un peligroso duelo entre los hechiceros erupcionó entre los Archimagos de ambos bandos. Cuando las flamas descendieron, Mazzarin salió victorioso, ofreciéndole a Moytirra que dejara de practicar las artes de la magia negra o se fuera de una vez la orden de los Avatares. Ella maldijo el nombre del primer Avatar y dejó la escuela llevándose consigo muchos seguidores. Mientras los años pasaron, Moytirra formó su propia escuela de hechicería: La Orden de la Scholomancia (***).

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• (*) Cadena montañosa (en alusión de Cloudspine) que separa el Este del Oeste, tiene por centro el paso de las Siete Puertas (Seven Gates), a un costado del Tharsis.
• (**) Bosque del Este al Norte del paso de las Siete Puertas, alusión a The Ermine.
• (***) En alusión a The Order Of Scholomance.

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Siglos después, los Avatares proporcionaron el conocimiento de la magia a todos los civiles y campesinos del imperio, hasta el menos docto poseía algún tipo de saber en el arte de lo arcano y lo mágico. Por otra parte, Bahl’al y sus necrománticas fuerzas se ligaron en conflicto con el imperio de Catedral Bruig y los Avatares por mucho tiempo. Cuando por fin él y todas sus hordas de muertos vivientes fueron derrotados, desapareció sigilosamente por décadas, solamente para volver por segunda vez junto a un ejército de cadáveres y tan poderoso como antes. Los Avatares fueron los primeros en colocarle el nombre de “El Vigilante” (*).

Estas batallas en contra de los muertos vivientes tomaron conciencia del hombre común. Una banda de nobles se dignó a hablar y sacar afuera el tema de la magia oscura y de sus poderes, para que la gente no se dejara convencer por ellos. Creyeron que toda energía que viniera más allá de lo que los Avatares controlaban, provenía de una asquerosa fuente generada por los que practicaban este arte, y que ya se habían transformado en un peligro para todo el imperio.

La Gran Limpieza (**) había comenzado, cualquier persona que practicara brujería sería expulsada, puesta a la hoguera o peor. Los nigromantes fueron apuntados sobre todos los demás tipos de hechiceros y el conocimiento de muchos hechizos y conjuros curativos y donantes de vida, murieron con ellos. Las tropas despedragadoras llegaron a ser tan fanáticas que atacaron incluso a los Avatares en Illuan. Tomó mucho tiempo el formar decretos públicos y leyes para calmar a los limpiadores, pero al final, los ancianos de conocimiento mágico fueron desapareciendo y se convirtieron en cosa rara.

Y así, otros mil años habían pasado. El Gran Cometa flameó y volvió a cruzar el cielo, trayendo al enemigo ancestral que comenzó a revolver otra vez más el mundo.

El Nivelador había vuelto. Con su insidioso poder, había quitado el último respiro de vida de Tireces y tomando el cuerpo de su anterior enemigo, lo usó como heraldo de la condena que traía consigo. Llamándose a sí mismo Moagim, el Nivelador utilizó la destreza de Tireces para planear la nueva caída de la humanidad.

Incluso los Avatares que sabían de la venida del Nivelador no pudieron contra el gran azote mortal de sus fuerzas. Las extensas legiones de muertos vivientes asaltaron todo el imperio haciendo así temblar una vez más la tierra, como se recuerda en los días de Wyrd y Nyx. Moagim comandaba sus fuerzas con maestría, muy diferente al antiguo Nivelador, Sorangath; usando las tácticas de los descorazonados y el salvajismo.

La batalla épica rugió durante años. Los ejércitos y fuerzas de Moagim se engrandecían con los cadáveres de los caídos en guerra. Pero, centrado todavía en los poderosos hombres de Catedral Bruig, Moagim comenzó a perder sus fuerzas y a retroceder en su avance. Mientras la guerra seguía con su rabia, Moagim reconoció que sus días estaban contados, el Gran Cometa esta por desaparecer en el firmamento, pero rechazando a admitir su derrota, ideó un plan para poder vengarse en un futuro de su inevitable muerte.

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• (*) El nombre por el cual Bahl’al fue conocido a través del tiempo y durante la Gran Guerra, en alusión a The Watcher.
• (**) Período de la historia en el cual un grupo de fanáticos anti magia se organizaron para liquidar y exterminar el arte arcano de la humanidad. Alusión a The Great Cleansing.

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Con terribles magias, Moagim creó un umbral hacia el mundo distante y desconocido de las Pesadillas (*). Allí encontró a las criaturas que, escondidas en las más profundas cavernas oscuras, le hicieron temer por primera vez en su eterna vida. Con sangrienta fuerza él las ayudó en sus atenciones y las trajo a este mundo…

Después de este oscuro ritual, Moagim fue capturado por los Avatares; y sus fuerzas, por otra parte, totalmente destruidas y quebrantadas. Moagim fue amarrado, amordazado y arrastrado hasta la ciudadela de Illuan donde fue analizado, dibujado y estudiado por sus captores. Antes de que su cuerpo fuera totalmente rasgado y dado por muerto, se rió en las caras de los Avatares, porque sabía que incluso muerto, la venganza era suya.

La victoria sobre Moagim tuvo corta duración. Los cuentos empezaron a narrar historias de horrorosas bestias que atacaban bajo la cubierta de la noche. Con el pasar del tiempo estos cuentos se volvieron reales. Los Myrkridia (**) estaban sueltos por el mundo. Su número parecía infinito y su hambre insaciable. Éstos lograron rasgar naciones completas de humanos en pocos años. La Era de la Razón había terminado, convirtiendo a la civilización en polvo ante la venida de la Era del Viento.

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• (*) El mundo de las Pesadillas era conocido también por los Avatares, quienes temían de sus secretos, ya que era la contraparte del gran poder de su deidad Wyrd, los Sueños.
• (**) Los Myrkridia fueron conocidos por las historias como las "pesadillas hechas carne", en un futuro encerradas en La Tain, un artefacto mágico hecho por los Enanos.

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Continua