Ella era la princesa de los cuentos
de historias que nublaron mi entender.
Ella era como en mítica poesía
todo el verso que yo nunca escuchare.

Ella era simplemente la hermosura
que encantaba con su aroma de mujer.
Ella era como antaño fue en mi vida
un suspiro, una pluma y un papel.

Si tuviera que partir en este día,
si a un golpe terminara me existir.
A mi tumba entre el pecho y la agonía
Su retrato llevaría siempre ahí.

Ella era y ya no es lo que solía
siempre errante, siempre ausente yo estaré
Ella reina yo peón de mil espinas
en un juego que ya nunca jugare.

Ella el dulce yo la amarga fantasía
derramada por mil veces siempre aquí.