Ya no era hora de trabajo, pero las hormigas seguían acarreando comida en largas filas, seguramente se preparaban para el invierno que sabían ellas, mejor que nadie, cómo vendría.
Sin saber nada de hormigas ni de inviernos se encontraba un hombre, muy cerca, en su propio hormiguero. Cuando llegó, le extrañó no ver a su mujer; supuestamente celebrarían su aniversario, igual que todos los años; ella le traería esos chocolates y una corbata nueva, pedirían una cena para dos y él le daría un marco antiguo para colgar una foto vieja. ¡Malditas hormigas!
Las horas pasaban y su mujer no llamaba. Cómo iba a eligir ese día para irse; las cosas ya no estaban bien, ¿pero irse...? ¿Y a dónde iba a ir?
Siguió pensando en los chocolates y la corbata; menos en la corbata que en los chocolates ¡Riiing!
—¡Mi amor!.. ¿Vieja?
¡Riiing! Era el reloj del horno, lo abrió y vio el pavo; ella misma lo había hecho, y sólo ella sabía cuánto le gustaba.
—¡Otra hormiga! Menos mal que no han tocado el pavo.
¿Cuál es la comida favorita de ella?—se preguntó—. Debiera averiguarlo al menos antes del próximos aniversario
— ¿Le gustará el Pavo?
Se dio cuenta que en realidad no sabía mucho de su mujer; nunca le prestó mucha atención, debía odiarlo.
—Si yo fuera ella seguramente me odiaría, es más, yo mismo me odio. Ya no cabe duda, se fue, se escapó. ¡El pavo!.. Claro: "aqui tienes tu comida, disfrutala; ya no me necesitas". Es la señal, y quiere hacerme sentir culpable ¡Hija de puta!, nunca me quiso, por eso no me hablaba. ¡Nunca me dejó quererla! Ella no me quería y por eso yo ya no la quiero. En realidad ni sé cuándo dejé de quererla. Pero bueno ¡hay que seguir adelante, olvidarme de ella! Por ahora sólo regar las plantas es buena idea.
Se sorprendió al ver que la puerta que daba hacia atrás estaba abierta y no lo había notado. Salió al patio y vio a su mujer acostada en las escaleras, boca abajo y con los pies hacia arriba. Algo salió a buscar mientras hacía el pavo y se resbaló; un buen golpe se dio en la cabeza. Las hormigas ya estaban con ella, y con ellas se escapaba. Seguramente este sería un invierno frío.
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