Para los ojos de Anne:

"La eterna balada de los ojos de Anne me observa
cada detalle mío
se vuelve ojo suyo,
eso es irremediable,
sus iris grises
dan miles de vueltas
y ella ni se inmuta
ni sabe siquiera
que estoy colocado
y ella da mil vueltas
en torno a sus ojos
y en sus pupilas aparezco y
desaparezco
para los ojos de Anne
no soy nadie,
y los ojos de ella
ni siquiera existen,
y cuando ella se vuelca
sobre si misma
tengo una sensación no literaria,
experimento un anhelo,
y ese grito ahogado
en sus ojos
es la mirada de la miseria.
Tus ojos son mi alimento
tus ojos vienen de lejos,
a recordarme
que estoy aquí,
y para tus ojos, Anne,
yo quiero decir una verdad,
pero no hay explicación posible,
y ante ti cerrar la boca
es mi mejor réplica.
Oh Anne yo quiero hablar de verdad sobre tus ojos
y mantener largas conversaciones tendidas
y averiguar tu verdadero nombre
que ha sido humillado.
Yo prefiero hablar, yo prefiero comprobarte
afirmarte en las palabras
desabrochándote de las horas.
Porque no puedo salir de aquí.
¿Olvidamos tus ojos Anne?
No, eso jamás,
y mis hijos sabrán de tus ojos
al nacer,
y todo el mundo hablará de tu silencio,
tus iris silvestres crecerán en los desiertos
de la gente bohemia,
y habrá una sola oscuridad que prevalecerá
aún en el recuerdo,
cuando alguien leyendo esto
nos recuerde."


Cuaderno de notas, España, 1992.