Volví de nuevo a tus labios, y encontré en tu cuello el olor que añoraba,
el sabor del beso que oculto se mantenía esperando,
por mi ansiosa llegada.
Siempre fuí tu sombra, o un trozo de la misma,
y en la mente te tuve tan cerca que no te pude extrañar demasiado,
y ahora que he vuelto, has vuelto también tú.
No importaron las horas ni los mensajes errados, la distancia
los desvelos, los desmayos, ni el desconectarnos un poco
del contacto que hasta sudar más de una vez nos hizo.
Simplemente pasó, a la distancia de un verso que no rimó,
vimos que valía la pena el intento de pensar que todo era posible,
así como cuando tarde nos hemos percatado de la imposibilidad,
de mantenrnos juntos por demasiado tiempo, abstraídos del mundo.
A tus labios volví, arrastrado por la corriente y el deseo
de no poder ignorar esas ganas que tengo de estar dentro de ti,
como cuando sueño si estás al lado mío,
y sigo sin estar como quisiera, tan cerca como para alcanzarte. |