hoy decidí cambiar un poco.
tome calles distintas, abri puertas en las que decía "solo personal autorizado", y yo me autoricé a hacerlo.
salí de clases a eso de las 8:10 de la tarde, estaba helado, aunque mi cuerpo aún mantenia sus musculos y articulaciones blandas despues de tanto movimiento.
la gente corría de vuelta a sus casas, el cielo amezaba con dejar caer gotas sobre nuestras cabezas, y como si eso hiciera daño, la gente casi aterrorizada se arrancaba.
cruzé por la misma calle, y cuando me disponia a hacerlo denuevo, me pregunté si seguiria ese camino, fue ahi, donde opte por doblar hacia la otra calle.
caminaba por lugares desconocidos, aunque llevaban años ahi, junto a mis calles de costumbre.
disfrutaba de nuevas fachadas, de nuevos basureros, de nuevas personas.
el centro de la ciudad es alucianante a esas horas, en donde solo te encuentras con vestigios del caos de las horas anteriores.
todas las tiendas cerradas, los vendedores ambulantes en sus horas de libertad, la gente llena de bolsas saliendo de las tiendas que estan cerrando, y aunque este día para muchos se está terminando, de entre la nada aparece la gente que trabaja.
recolectores de cartones, guardias, acomodandose el uniforme y encomendandose a dios para que esta sea solo una noche mas.
los niños que no tiene casa, mendigando monedas, y aquellos mas generosos dandoles algo para comer.
de pronto giro hacia la derecha, estoy desorientada, miro al frente.
el palacio de la moneda, ¿como no me di cuenta que doble antes?
estaba tan pendiente de mirar que pasaba a mi alrededor.
estan los autos detenidos por una moto de los pacos.
me quedo mirando a ver que pasa.
La presciedenta sale en un auto de vidrios polarizados
miro fijamente, y aunque no veo nada, sé que ella me vio.
sigo caminando, y aunque ya habia pasado por ahi muchas veces, observo.
mi mirada avanza hacia una banca, el beso de unos amantes me hace girar la mirada hacia el frente, un banco.
que gran edificio, cuanto tiempo lleva ahi sin que lo vea.
miro al frente, veo a Allende.
la luz del piso me ilumina el rostro, las personas me observan, pero siguen caminando.
ya casi llego a mi destino.
que frio que está haciendo.
llego al paradero, esta lleno, pasa un micro, la dejo pasar, miro a un hombre, es atractivo, lo miro denuevo, me mira.
mejor camino un poco mas, pasa la tercera micro, tampoco la tomo.
mis pies comienzan a seguir el ritmo de una guitarra, un ciego canta rancheras.
el hombre que habia mirado, camina hacia donde estoy.
ahi viene una micro desocupada, valio la pena la espera.
saco una moneda, la lanzo a una cajita que tenia el ciego, sonrio, aunque no me ve, trato de demostrar mi alegria, aunque no me gusten muchos las rancheras, es un cambio a esas horas, sobre todo si hay gente tarareandolas.
saco mi tarjeta bip.
un fila para subir, que orden tan extraño, a mi lado una abuelita, la ayudo, subo tras de ella, y tras de mi, aquel hombre.
sonrisas complices.
BIP!...
de vuelta a casa. |