¿Qué pasa?¡¡¡¿Qué pasa?!!!
¡Te importa un carajo eso es lo que pasa! Grito ella.
El, actuando de sordo, siguió leyendo.
La estaba escuchando, y si, le importaba un carajo ella, sus idas y vueltas, su cuerpo, sus planes, si se iba o se quedaba. Ya no la soportaba.
Ella desesperada se paseaba por delante de los ojos ciegos de el. Gesticulando y juntando su ropa en el bolso marrón que habían comprado en Uruguay.
La voz de ella sonaba de nuevo
-¿Pensas quedarte toda la vida ahí tirado? ¡cuatro veces te llamaron del laburo hoy! Pero no..... se acabo señores (y le propino una sonrisa irónica) ¡esta estúpida se va a la mierda!
El rascaba su pie derecho, se acomodaba en el sofá y volteaba páginas. De vez en cuando sentía alguna ráfaga de aire que los histéricos movimientos de ella creaban en el ambiente...
No se iba a dejar alterar por semejantes planteos mundanos, por fin estaba haciendo lo que tenia ganas, estaba siendo egoísta.
El armar el bolso de ella fue eterno. Horas.
Cuando decidió levantar la vista ya era de noche.
Mil guerras no hubiesen hecho tanto desastre en el comedor.
Respiro aliviado.
Hasta que la sintió llorar en el baño y la calma empezó a volverse odio, odio profundo, oscuro, seguro. Se sentía poseído por mil demonios impacientes.
Se incorporo, el lugar olía a humedad, acercándose a la inexpresiva puerta del baño, la abrió.
Ella en la bañera, con la cara hinchada de llorar lo miro.
El se abalanzo sobre su cuerpo desnudo, se éxito, quería penetrarla, se empapo de agua enjabonada.
Ella seguía con la mirada sus movimientos, comenzó a acariciarla desde los muslos, hasta la pelvis, los hombros, ya no controlaba la presión de sus caricias.
Llanto otra vez, agua rebalsada, forcejeo.
Sus manos le habían alcanzado el cuello. La veia cada vez mas profunda, mas calma, mas dócil, mas hermosa. La sintió temblar unos minutos, y al final sintió también el delicado golpe de la nuca de ella contra el piso manchado de oxido de la bañera.
Y la soltó.
La observo, ella frágil, desnuda, marina, liviana, como una sirena, con la mirada mojada, fija en el.
Se encontró enamorado nuevamente de ese ser, respiro tranquilo, ahora si.
Estaba feliz, había comenzado a amarla otra vez.