A mi casa dañada, insulsa, sombrìa, hastiada, llega su aliento. En medio de la noche, las estrellas son tapadas por gran vegetaciòn...no verde no, negra, oscura y siniestra.
Llega su aliento conmovedor como su presencia, veo su mano moviendose entre las plantas...veo su rostro, su cuerpo y me emociono.
Mis piernas tiemblan, mi estòmago duele, mis ojos parpadean con cierta incredulidad...alguien vino a visitar mi casa...su belleza es infinita, en sus ojos veo un mar en calma, su piel es tersa, su cuerpo impresionante...y su corazòn brilla como el oro.
Que corazòn que comparte mi casa, sin importar lo linda o lo arreglada...que me tiende su mano...sin importarle mi suciedad, que quiso visitarme, sin miedo...que corazòn.
Que alma simple, que comprende el valor de las personas, como son y no como debieran ser.
Me muestra su corazòn, su alma, su cuerpo sin considerarme peligroso, sucio ni mentiroso.
Que alma simple...que sueña junto a mì, en este rincòn tan sucio...
Que alma simple¡
Sus ojos y los mìos se contemplan y poco a poco se llenan de làgrimas...
Sus manos, acarician las mìas...y las acaricio suavemente....quisiera tenerlas siempre.
Termina el tiempo...se va...con ella su brillo, su alma simple, su corazòn confiado...
Queda el mismo lugar sombrìo, tenebroso, frìo...mi corazòn contento...mi alma soñadora...y mi esperanza de que algùn dìa vuelva. |