Diego:

Cuando te leo, es como si te escuchara, releo tus cartas, me aferro a cada una de tus palabras, me las aprendo, las vuelvo a leer.
Si escucharas cuánto te platico... ahora llueve.

Mariliz solo me escucha, y su voz se oye cuando canta, canta tanto Diego!
Tengo que decirte que el General Guzmán ha venido a ofrecerme una tregua, no alcanzó a distinguir cual es el trasfondo de esto, se que existe alguno, me habla de una pronta liberación a cambio de nombres, dice que todavía hay una resistencia, dice que hay programas radiales que siguen alborotando a la gente, alguien esta hablando aún Diego! Alguien aún esta gritando por la libertad, me reí en su cara, cuanto pague? Regresar a la celda de castigo, pero sabes aquí estoy mejor, aquí sigo pensando, a excepción de estar junto a Mariliz no hay nada que me ate al exterior de esta celda, ellos creen que aquí estoy sola, pero estoy contigo, tan contigo Diego!

Recuerdo al hijo de los Riquelme, y recuerdo tu mirada cuando ponía aquella camioneta a mi disposición. Yo quería saber Diego, quería descubrir en tus ojos si sentías algo por mí, luego de la primera vez que vi los celos en tu mirada, no volví a subir con el, como hacerlo si deje de pertenecerme, como hacerlo si por entero ya te pertenecía. Lo recuerdo y me río… me estoy riendo tanto!
Debí confesarte entonces que solo era su cómplice, que el me protegía de su padre a cambio de que yo lo ayudara a ver a Miguel, debías haber visto como el alma se les desbordaba, pude entender que el amor, es solo eso, amor, sin importar el rostro, el color de piel, la condición.
Creo que con eso comenzó mi entendimiento de la libertad, y luego, por añadidura vino todo lo demás, mis tardes en aquella imprenta… tú.
Me pregunto el General Guzmán si no me había arrepentido, si ha válido la pena, como arrepentirme? Si bien es cierto que primero me enamore de ti, eso no nublo mi entendimiento para saber que lo correcto era seguir mi derecho a la libertad, de la cuál solo conocía atisbos,
Luego descubrí un Diego que no conocía, cuando te vi hablarle a los campesinos, a los obreros, eras inmenso, grande, no un simple cartero como te nombras a ti mismo.
Y que si ha valido la pena? Evoco tus ojos, una sola mirada tuya... y sí, ha válido la pena.

Era perfecto, nadie habría pensado que una sirvienta pudiera leer, escribir, pensar por sí misma, eso me lo dijo también Guzmán, me dijo tantas cosas!, me hablo de la tortura a Raúl, a Mariliz, al mismo hijo de los Riquelme cuando decidió seguir a Miguel, al mismo Miguel, a tí... júrame que estas bien, que no te han hecho nada.
Somos demasiados Diego.
Son demasiados las piedras que cargan en sus costales.
Me habló de lo bien que duerme por las noches cuando sabe que a terminado con vidas que solo alborotan a otros, les llama corderos, y dice que hasta donde el sabe no es ningún delito matar corderos.
El habla de un país perfecto, de ocultar errores bajo la alfombra, de barrer a aquellos que se interpongan entre el pueblo y su "buen" vivir.
Me ha confirmado lo que pienso, estamos en un pozo en medio de la nada, y de nada sirve que gritemos, si no hay oídos que nos escuchen.

Sigue lloviendo, llueve el cielo y me llueve el cuerpo, cuando tu recuerdo viene a visitarme, cuando te sé pensando en mi, rompería estos muros con mis propios puños, solo para escapar y hacerte el amor, aunque fuera solo por esta noche que se aproxima, aunque me condenara por el resto de mi vida.
Mi vientre llora los hijos que no te albergó, añora no haber expulsado un ser que pudiera asirse a tus manos, una mirada igual a la tuya, una risa que te hiciera nido en los oídos, una voz que en la pronunciación llevara implícito el amor que siento por tí.


Esto ha de tener un final? Alguna vez, alguien por la calle podrá decir que no esta de acuerdo con el régimen sin temor a ser asesinado? Alguna vez existirá tanto respeto como para no ser juzgados por ser distintos? Se abolirán muros? Se acabaran las desapariciones, que hay del hambre, de la sed?
Dejaremos de herirnos Diego?
Mi mente no alcanza a descifrar alguna respuesta, no diviso un final, y pienso si acaso llegará el momento en que nos deje de doler y nos comience a importar, el amigo, el hermano, el vecino, el que sé que vive del otro lado del mundo, tan distinto a mí, pero con iguales necesidades y derechos… aún, aún si como lo dijo ese maldito, fuésemos corderos.


Mariana
hoy no sé que día es...