Convierto el aire en cómplice de mis felicidad tocando sólo la primera partitura de una melodía intensa llena de sudor y saciedad. Dejo de pensar, hago a un lado la conciencia, desato mi lado animal vagando sin más planes que solamente divagar. Permito confundirse a la locura con la cordura en un juego que el más fuerte solamente podrá ganar. Llego a extremos no iniciados, Y de poco a poco con lo mejor me voy quedando en medio de la bacanal. Mis aullidos se confunden el ulular de las sirenas estalla la sangre borbotea, me convierto ... en un cazador de sueños mas.
Texto agregado el 28-03-2007, y leído por 124 visitantes. (4 votos)