La visión,
Esto de tenerlo todo a instantes pequeños, me hace recordar instantes de niñez, muchos colores, mucho movimiento… un grito, un llanto, son acontecimientos simples, pero que en ese entonces concebían una connotación astuta e inocente a su vez; igual que ahora… igual que hoy, mas cuando los ojos recién abiertos se concientizan con el aire y la poca luz de un día nublado, justamente como hoy…
Entonces me pongo el chaleco sin mangas, jugando a un invierno muy amable. El señor de la esquina, colocó un aviso en su ventana… “Hoy sopaipillas”. Siente como todos te damos la bienvenida suave invierno, a ti y a tus nubes de improvisada aparición.
Se me ocurría algo muy espontáneo cuando salí de casa, rumbo al bus, porque el cielo en realidad no estaba carente de luz, al contrario de lo que se piensa con los ojos, para mí, es una noche, con estrellas gigantes, que consiguen iluminar casi todo el cielo.
Justamente en esa reflexión, se quedaban todos los instantes pasados con sus ropas… es decir las mías, mi mañana aún se conservaba nueva, húmeda con necesidad de entregar mi voz al viento….: “hazme el favor de llevarte estos sonidos?...-
Parece que el mundo por fin se puso de acuerdo.

Sentí armonía en los humanos.