DOMINGO A LAS 3:00


Habían pasado ya doce días. Era una tarde fría de invierno, sin viento y el sol trataba inútilmente de calentar un poco las casas. La estación de tren estaba vacía, a excepción de esta persona. Como de costumbre tenia que ir a trabajar en domingo y a las 3:00 de la tarde.

Refunfuñando y molesta una personita se acerco a mí. Me pregunto mi nombre. Eva, contesté. Se quedó callada. Me miraba como si estuviese haciendo en su mente algún tipo de informe. Por alguna razón miraba con extrañeza el sol, como si en él buscase algo. Ponía tanto esfuerzo que comencé a buscar también. Entonces me miro y rió. Primero fue bajito pero después no pudo contenerse y estallo en una carcajada - ¿Qué pasa? - pregunté. Como la primera vez quedo callada y ahora en vez de buscar algo en dirección al cielo, comenzó a buscarlo en el piso, continué preguntándole que era lo que estaba buscando pero, no contestó. Mire el suelo tratando de encontrar algo, fue inútil, no podía ver nada. Estaba empezando a molestarme, cuando dio un gran gritó de alegría. –Lo encontré!- Dejándome llevar por la exaltación que me producía saber qué era lo que estaba buscando pregunté: -Que?! Que?! ¿Qué encontraste?!!!. Se molestó por ello y en su mirada pude vislumbrar el odio que sentía porque le preguntase, paso de estar al lado mío, a estar en al banco al lado del mío. No sé decir por qué pero me molestó que hubiese tenido esa actitud. Al cabo de unos minutos no fue de gran importancia y seguí comportándome normalmente sin darle trascendencia al hecho.
Fue de esa forma que finalmente ella se acercó a mi. En aires de importante esperaba una disculpa, a cambio me preguntó:

- ¿Qué es lo que buscas, Eva?
- Que, ¿qué busco?, no sé, lo que sea que buscabas
- No, realmente ¿qué es lo que buscas?.
- Ya te dije, eso que tienes en la mano y que ya encontraste.
- No mientas, ambas sabemos realmente que es lo que buscas
- Ahora contéstame, ¿qué es lo que buscaba yo?
- No lo sé – dije avergonzada
- ¿Quieres saber que buscaba?
- No... no sé... si quieres contármelo, si; Pero sino, no – Dije nerviosa
- Todavía no entiendo, ¿porque quieres saberlo? Y por que lo buscabas aun sin saber que era
- No sé! No sé! Simplemente te quería ayudar! Nada más!
- Eva, sabes, estaba buscando la vida...
- No entiendo
- Mire al sol y no encontré nada, use bastante tiempo, pero aun así, no había nada, mire al suelo, tardé, pero finalmente encontré la más perfecta expresión de vida, vi creciendo entre esta vereda inerte un pequeño árbol de paraíso. Encontré lo que buscaba sin encontrarlo. Realmente no encontré la vida, pero me acerque a una de sus formas. Ahora, yo sé que tu también buscas vida. Estás tratando de encontrar la tuya, pero nunca la vas a encontrar si sigues buscando lo que otros buscan. – no conteste nada quede callada y avergonzada, después de un tiempo termino diciéndome - Entiendes lo que está para ser entendido, pero no lo que realmente tienes que entender. – Se alejo y no volví a verla, pero sentí que había cambiado que no era la misma desde ese día comencé a ser la verdadera Eva.


Valeria Galvan
vale_galv@hotmail.com