¿No es verdad que la razón de soportar trabajos fastidiosos y sacrificar nuestro tiempo en situaciones incomodas es por obtener a cambio esa palmadita en la cabeza que esperamos recibir de esas personas que creemos ilusamente superiores y más importantes a nosotras y que muy en el fondo sabemos que no lo asemos por ellas sino por nosotros mismos, por la irónica necesidad de sentirnos necesitados y útiles? pues al no estar bien conectados con nosotros nos volvemos propios necesitados y buscamos llenar nuestro ego con halagos y reconocimientos ajenos y al final esa declaración que damos como excusa de *Es que me necesitan* no es más que él *Me necesito pero no me encuentro para pedirme ayuda* y acabamos por ser ya no las personas que necesitan afecto sino las herramientas que necesitan atención.

Es por eso que debemos buscar dentro de nosotros hasta poder encontrarnos y apreciarnos, y amarnos por lo que somos y sentimos, y no dar la espalda a los que nos aman como personas y no como herramientas.

Es importarte reconocerse y redescubrirse no con la vanidad del ególatra que clama ¡Pero que sabio y grande soy por reconocer que soy muy importante! Sino con la humildad del que se sabe un ser pequeñito pero muy muy grande por su valor de ser justo, porque sabe que puede dañar y perjudicar e incluso defraudar sin ser descubierto y aun así hace lo correcto, no por proclamarse virtuoso y envanecerse de ello, sino por que es lo correcto aunque no lo mas conveniente.

Por poder decir "TE AMO" y no arrepentirse cuando le contestan -YO NO - por saber que sufrir no es lo peor cuando se saborea, y que a veces una lucha grande que acaba en derrota puede ser más satisfactoria que una victoria fácil y total, comprender que el día de mañana talvez no llegará, pero en vez de angustiarse por eso agradecer que se tiene el día de hoy para actuar y arreglar todo lo que se tiene que arreglar,

Dejar de sentirse mal por los cumpleaños olvidados y empezar a sentirse bien por los minutos que fueron preciosos y mágicos por lo irrepetible de ellos, dejar de lamentar el –NO TENGO NADA- y apreciar el -NO TENGO NADA QUE PERDER PERO SI MUCHO QUE DAR -. Que la ganancia y el éxito vienen no cuando se les persigue y se omiten los sueños por que son distracción, sino cuando se hace lo que se ama y con ello se beneficia al prójimo y por añadidura a uno mismo;

Saber que tan siquiera puedo causar un gesto de repulsión al pesimista por la luz en mis ojos y dar al optimista una razón más para sonreír, hacerle dar cuenta al decaído y al despechado que se puede estar mucho peor y sonreír por ser más resistente, saber que uno es lo más importante para uno mismo y a su vez tiene necesidad y es necesario para los demás.

Saberse de pie, tirado, o de rodillas, pero firme y presente para apreciar lo que venga y dejar una huella inolvidable con nuestros hechos para la posteridad y hacerlo de tal modo que las palabras que se usen para nuestro recuerdo sean insuficientes y vanas, y no exageradas y más grandes que nuestras personas como tratando de rellenar con adjetivos la vacuidad de un existir sin provecho.

Comprender que se debe ser feliz por el simple deber y maravilloso derecho que se nos dio de vivir plenamente aquí y ahora.



BERNARDO.