Se desvela mi alma herética
danzando en una llama de fortuna
comulgando una idea vaga, carente de significado
¿Dónde está?
¿Por qué hablo del yo?
Sobre este cimiento parco se deleita el ser
Empotrado. Salvaje.
Humillado hasta los tuétanos.
Rebelde.
Su semblante penetra.
Donde quiera que mire asesina.
¿Quién es?
Una bestia.
Domesticada a la antigua.
A palos y hambre.
¿Me ves amado? Tengo el sueño dormido
Y tus costras no sanan
Prometo venir desde la negra a salvarte
¿Qué se siente mi demonio?
Lo acabo. Ya acabo y te huye la conciencia
Padeces el mal de lo aciago
Pululas y recorres dominante
¿Ya soy otra?
No, la misma
Una puta clandestina
¿No soy bella?
Lo siento, soy ciego no puedo verte
Mírame con tus manos
Tócame con la voz
Mátame con el silencio
Y luego sálvame con tu palabra
Con ese hilvanar letras hasta formar un mundo
Un pedazo de vida
Salva
Salva a la que no cree en tus milagros
Sólo hazlo
Sálvala
Texto agregado el 27-03-2007, y leído por 103
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
27-03-2007
Es complicado incluir interrogantes en la poesía. Muy bien logrado. Mas ese último intento de paradoja se me hizo ya muy trillado. A mi gusto lo terminó por asesinar el ritmo y encanto de lo quisiste decir. cortaziano
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