Eres mi libertad.
Sí, fue aquel día, que nos encontramos. Espíritus libres, para amarnos, para deshacer ataduras, convencionalismos y espejismos porque el amor es libertad. Es agua cristalina que mana de las profundidades. Desde entonces, no soy el mismo, has arribado a mi presente… y ahí permaneces. Nunca serás pasado, nunca serás olvido, porque me diste la libertad que anhelante buscaba. Te miro, te siento…tu aroma, tu halo, me llaman a tu lado. Vivimos lo prohibido y lo permitido como nadie lo hace, así lo asumimos, en nuestra dedicación mutua y sincera, sin dudas obsesivas, porque solo la libertad, que el amor nos da, lo tolera, lo permite. Sí, fue aquel día. Al final de luna nueva, muy cálido, muy solo, que mi espíritu te encontró. Ahí estabas, a solas, solfeando tus palabras melódicas, dispuesta, para escapar a esa libertad, ofrecida por el amor. Así unidos, seguiremos. Nunca serás olvido, siempre serás presente, juntos correremos, por la libertad única del amor.
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