CARTA DEL ABANDONO.





Aquella tarde de invierno
en que hacía calor;
yo te contaba mis versos
que te hablaban del valor.
Tu mirabas a las flores,
yo me fijaba en vos,
lo tuyo era ternura,
un olvido del amor.
Yo no podía ayudarte
y entonces bajé la voz.

Te dije que nada sentía
dentro de mi corazón,
¡y bien sabe la vida,
cuánto te mentía yo!
Y bien, sabrás algún día
que sí lo dije; fue por vos,
por lo que tú me ayudaste
y lo poco, que hice yo.

Porque rencuentres la vida.
Porque halles al fin el sol.
Porque recibas alegría
como la que recogí, yo en vos.
Porque tengas la dicha y ventura
que no pude daros yo.
y por esa linda ternura,
que desprendes por amor.






Un pequeño velero,
una gaviota en el mar,
un regreso en el sendero
y la alegría de amar.
Son detalles generosos
que vos me enseñaste
a apreciar;
y es por esto,
y por lo otro
que te quiero liberar.

Fue el tercer día de otoño
en que prestó me estalló
ese pequeño artefacto
que destrozó mi corazón.
Ya, las piernas he olvidado
las dejé en un rincón,
pero tu mirada tierna
ya no lo puedo olvidar,
por mucho que me duela
el no haber podido llorar.

E.T.A, rompió mi vida
yo, tenía treinta y dos,
y una sincera sonrisa
por sentir cerca tu amor.
Pero hoy, diez años vista,
yo me hago un gran favor,
y es recuperar mi alegría
al verte recuperar el amor.

Y es mi humilde aportación,
ese paso necesario,
que me permite Dios.

Cuando abandone tu vida
y lo haga por amor,
recuerda los detalles
que la vida nos brindó

Un pequeño velero
una gaviota en el mar,
un regreso en el sendero
y la alegría de amar.








Cuando abandone tu vida
y lo haga para no volver,
recuerda que te quise,
que te quise hasta el final;
con dos piernas que bailaban
y con una silla de metal;
este último detalle
es el detalle tan fatal.

Él sentirte yo tan triste,
porque no podía andar,
por esa odiosa metralla
que me vino a fastidiar.
Él sentirte yo tan mustia,
por mi odiosa situación
me ha llevado en este momento
a mi desaparición.

Cuando abandone tu vida
y lo haga por amor,
recuerda lo que nos enseñó la vida
y tu sonrisa me brindó.

Un pequeño velero,
una gaviota en el mar
un regreso en el sendero
y la alegría de amar.