Largas madrugadas de llanto e insomnio,
hubo en mis días,
penas y olvidos,
recuerdos demasiado presentes,
dolores inevitables.
Las preguntas que el silencio encarcelaba,
me atormentaban, cuando huian de su cancerbero, en las noches frias,
para dar vueltas en mi habitacion
llenandola de un eco que desgarraba mi alma...
no podia escapar...
no sabia donde ir...
Presa de la resignacion,
me acostumbre a vivir sin creer,
a despertar sin esperar,
a seguir sin ilusion...
Hasta aquella tarde de verano,
cuando tu voz llego hasta mi,
tu sonrisa se instalo en mi pensamiento,
las horas pasaron lentas
honrando nuestras ganas de acercarnos,
y una noche,
cuando prometimos curarnos las heridas del pasado,
nuestros labios firmaron una declaracion de amor. |