Era de tarde, golpe de tres, el Sol, tímidamente calentaba brindando sus calores, las gentes, de a poco iban lllegando, el lugar era insospechadamente viejo albergue de amor.
Yo entré acompañado de una pareja de esposos que me quieren, lo suficiente como para soportarme; Sí, sí señores, damas y caballeros, el recinto se empezaba a atiborrar de los hijos de la Provincia de Pallasca; Hacían su entrada familias enteras...emocionantemente se podía ver (y no exagero) hasta cuatro generaciones juntas, con tan sólo una sana intención...celebrar la fiesta del pueblo de Pallasca.
Sus comidas, y las gentes con sus distintas muestras de alegría...me eran tan familiar, todos querían oir los relatos de su tierra treinta y seis años después que un niño travieso se los contara, desde una óptica de ensueño; Quedaron entusiasmados, sobre todo los más longevos; Las cervezas...!cuando no¡, parecían danzar de mano en mano, salpicando la entusiasta espuma, desparramando su dulsura a pezar que la fiesta...aún no había comenzado.
De pronto me encontré en el centro de muchos desconocidos, que muy pronto convertí en amigos, su predisposición a la alegría, era muestra de incondicional amistad.
De un momento a otro, las bandas de músicos empezaron fiesta, parecían competir en quíen concentraba la mayor cantidad de emotivos danzantes, empezaron las entradas (así las llaman a las gentes que bailando hacen su ingreso al recinto, ellos danzan entrelazados los brazos en filas horizontales de cara al centro del lugar, otra fila se compone de puros hombres y entre uno y otro sostienen en sus fuertes manos una caja con doce botellas llenas de espumante cerveza, otro grupo igual de entusiasta sale al encuentro) !sí señores¡ ... ¡La fiesta ... ha comenzado!.
La cerveza ... benigna, discurre por mis adentros, una insospechada alegría, me convierte en el centro de atención;
Con un grupo entra un toro, me invitan a acompañarlos en el baile de presentación, asiento de tan buen grado, empiezo la danza ancestral...casi divina, mis pies golpean el suelo, mi cuerpo se levanta una y otra ves como si el cielo lo reclamara, y dentro de mi huída de esta infausta soledad, se me ocurre un gesto final y suicida...alcanzo la cola del fiero animal, me cojo con fuerza, él voltea para el enviste, lo eludo con la inercia de sus movimientos traseros, lanza patadas...y no me alcanzan, no le queda más remedio...parecemos danzar en un peligroso y extraño rito, él lucha por su honor, yo ...sólo quiero el suicidio, me entrego al momento y la gente delira con el inesperado acontecimiento.
Terminado el acto, la danza continúa, no pasó nada...¡Diablos! ... aún sigo vivo, soy el centro de las miradas, todos me alaban y me adulan, me convierten en inesperado héroe danzante, yo ... yo no quería eso...yo sólo quería el suicidio ¿o no? si lo sabrá dios.
La fiesta, tal como comienza...termina, retirándose todos de grupo en grupo, al final...yo también me retiro, tal como entré...acompañado por doña tristeza y doña soledad, es solo un entreacto...hasta la próxima...
"Tarde de copas".
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