Se oyó un disparo, algún vecino se acercó, y se encontró con la puerta abierta, Roberto ileso, Ernesto ya no estaba allí, éste había golpeado la puerta y al no recibir respuesta efectuó un disparo y se fue.
Esa noche Marta la pasó en casa de una amiga, y Ernesto presa de la desesperación quedó solo en la suya, con el correr de los días hubo un acercamiento entre Marta y Ernesto, el llanto y las promesas de no volver a hacerlo, sino convencerlo, hicieron que volviera a convivir con Marta, al poco tiempo increíblemente, Marta y Roberto se volvieron a encontrar y también tuvo relaciones con un joven de la edad de su hijo mayor y luego con otro y con otro y con otro.
Ernesto, enterado de las acciones de Marta una tarde no aguanta más la situación y la increpa violentamente a lo que Marta reacciona disparando un tiro que hiere a Ernesto.
Llevado de urgencia a una clínica se debate entre
la vida y la muerte durante varios días hasta que al final logra salir adelante.
Pasaron dos meses, increíblemente Ernesto y Marta están juntos, al poco tiempo parten a Europa en viaje de placer, como dos enamorados, luego del regreso al poco tiempo ya no viven juntos, Marta vive de hombre en hombre en relaciones pasajeras,
Ernesto solo en su casa sigue su vida.
Han pasado más de diez años, desde su negocio Ernesto llama a su casa y atiende Marta quien le pide algunas cosas para la cena, esa noche cenaran con sus hijos y nietos, Ernesto y Marta no conviven pero están juntos generalmente a la hora de la cena, Roberto hace varios años falleció en un accidente de tránsito.
Ernesto sigue tan machista como siempre, su reacción primera al enterarse de cualquier problema sentimental de algún conocido es la frase, -es un cornudo- que querés.
Marta ahora se dedica a cuidar a sus nietos y en el recuerdo quedaron sus infidelidades.
(Con algunas variaciones esta es una historia verídica) |