Mirá, casi no tengo nariz...

Y me falta también algo de oído;
boca me sobra -si, siempre hablo de más-;
pero, sobre todo, me falta el órgano principal,
una parte del motor físico y espiritual,
la raíz del problema,
el principio del sentimiento que no tiene final.

Se me hizo un hueco, siento escalofríos, hay una cosquilla rondando por acá.
Y no.
No es la misma de siempre, es diferente, con una nota de tristeza. Debe ser la música de fondo:Un sonido semi sinfónico, el violín prevaleciendo entre los demás insturmentos (por dios, que alguien me suministre PRONTO una contundente dosis de cianuro, ¿Dónde está el ángel de la guarda, esa mano que tiene que llegar a tiempo, dónde están mamá y papá, los abuelos, las tardes de sol, DÓNDE ESTÁN?)

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Necesito irme, ya. Y dejar de toser, y dejar de escribir, pero no puedo. Y la guitarra con pedal liberando ese ritmo inigualable me levanta un poco, no lo suficiente, y me voy aunque no quiero, aunque quiera decirle todo y no pueda, aunque ya se haya olvidado de todo lo que pasó, aunque yo también me esté olvidando (por la fuerza, por amor propio, por instinto de supervivencia, por lo que sea, TENGO que olvidarme de todo, BORRÓN Y CUENTA NUEVA, me hace falta).


LO SÉ, NO LO SÉ.



AAAGHHH.

CK,