Marita
Carnavales del 48!! Y yo,de la mano de Marita,que me llevaba casi arrastrando los zapatos nuevos por la calle Cafferata,nosotros llegando a lo de tia Asunta que nos tenia preparados los trajes,el mío de Pierrot color blanco con lunares negros y un bonete.Horrible.Mi hermana de Ecuyere,lo que tanto le había pedido a mi tía.
-Mirá cuando te vea el Bebe.
-ese es un sonso,tía,no me lo mencione.Y se miraba al espejo y se reía,loca se reía de los nervios,yo pensaba.
Bebe le arrastraba el ala.Ella lo recibía fríamente y lo rechazaba con un chau Bebe hasta un día de estos y Bebe se retiraba aturdido,sin mirar al patio,que estaba tan lindo,las plantas,las flores,la abuela que lo saludaba desde el sillón de mimbre,se iba aludiendo a no sé qué película que daban en el Fénix.Bebe era como un dar vuelta la página,era la hoja que no terminaba de caer,era como ese loco verano,y el lo sabía y Marita también.Y yo me iba de casa a jugar a la pelota porque no quería estar allí,con su bochorno y el calor.
Marita no era linda,pero tenía sus encantos.Más de una vez me trenzé con alguno de la escuela por esas cosas.
Marita mirándose en el espejo.
Y yo,con mi Rayo Rojo,el de la larga capa y el corto puñal,mi héroe en esas siestas inacabables del barrio de Mataderos,tirado bajo la mesa de la cocina,buscando un poco de fresco,imitando sus saltos en el patio de atrás.
Yo en el Social escalada con la tía y ,mis viejos trajeados de domingo,con la mesa reservada.
Y Marita.
Marita de ecuyere,arriba de un caballo blanco,semidesnuda,o paseándose entre los bailarines,distraída,y el Bebe que se cruza delante y los labios de Marita que se entreabren cruelmente,los veo de lejos,es como un puñal que tiene entre sus labios,entre sus manos,un pequeño puñal,tan rápido que el espejo no puede verlo y Marita que cae al suelo en frente de la gente,del espejo,y esa noche que fué inolvidable para mí, esa noche donde perdí mi bonete blanco de Pierrot y mi inocencia.
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