Ayer me encontraba entre mis inmediaciones cotidianas, yendo y viniendo de ellas dia tras dia, he tomado cierta complaciencia observando aqui y alla. No es, sin embargo, un cari-no hacia lo que me rodea, no son asi mis intenciones, es una armonia del pensamiento, de la percepcion diaria que me acompa-nara por el resto de mi vida. Es un aceptar sumiso de que las cosas podrian ser mejores, pero no esta en mi, ni en mis comunes diarios, cambiarlos. Las aves de suave plumaje van y vienen de A a B, puedo observarlas, analizarlas, llegar siempre a la misma conclusion: Esta vida es un brebaje de muerte y mierda que se toma poco a poco. Era el final de dia, el sol ocultaba su odioso brillo detras de las nubes y la luna se vestia de gala para salir. El transporte urbano paro justo para cubrirme la vista de tal espectaculo condenado a repetirse dia a dia, lo aborde no del todo complacido; adentro la misma cantaleta -se corren para atras, hagame favor se-no, buena onda chavo, por la fila de enmedio, colaboren porfa porfa porfa- y demas palabras que han perdido su sentido por la repeticion, solo recipientes vacios que un dia contuvieron toda la decencia de la cortesia, la belleza de la amabilidad, una correspondecia exquisita, ahora extinta por la monotonia, tal cual todas las demas vidas que me rodean. Busque asiento del lado del oeste, para seguir viviendo el fenomeno astral de la toma del sol por el inframundo de la noche. Sentado me halle junto a una joven de vestidos finos, coquetos, delicadas finuras de su cuerpo, en sus dedos tersos y delgados se asomaban timidamente un par de anillos de vividos colores, piedras preciosas que emulaban, casi, el mar del pacifico. Casi hipnotizado por tal espectaculo fisico, olvide por completo mis primeras intenciones. -Seguramente su tez es de un color como la tierra ardiente de la costa- aventure mi mente a imaginar, asi como aventure mi mirada a su rostro; para comprobar (mis aseveraciones que ya comenzaban a subirse por las paredes del bus, llenando todo de la psicologia que me rige) pero, ay de mi! raudas lagrimas zurcaban su rostro descompuesto por alguna pena inmensa o una injsuticia lacerante; sus ojos arrasados miraban con terquedad al suelo. Borbotones de negra sangre salian de mi pecho, hijos amados de la inutilidad de mis cuerdas vocales ante la desgracia ajena. Debe haber sentido el olor metalico de mi sangre resvalar por el suelo de la caja metalica que se movia, dando tumbos por el camino, porque volteo a verme con su cara torva todavia; sus lagrimas arrastraban su maquillaje:
- Disculpe- me dijo, entre sollozos, dirigiendo una mirada de probada sensibilidad a mi, por su parte, turbada cara de desconcierto - no quisiera que la adversidad que rige sobre mi corazon, afectase en lo mas minimo a quienes me rodean, siendo aunque sea un perfecto extra-no como usted-.
Cielo santo! quedaba sensiblidad todavia en mi cuerpo, para saber que esta criatura del cielo, era hasta lo mas profundo de su ser, de una belleza extrema, mas no superficial, sino empatica, reverso de la fria crueldad del planeta.
-Ofrezco a usted una vida desperdiciada para oir sus lamentos, el dia muere pero la noche puede ser eterna, no podra usted discutirme que una confesion sana o por menos alivia un poco a un corazon- respondi, palabra tras palabra salia un tanto atropellada de mi boca -creame, su secreto esta a salvo conmigo, no lo quiera Dios, pero ni a base de torturas podran sacarme una simple accion que de su boca salga y que estos oidos guarden-.
Calle un momento observando con entereza su cara torcerse en lo que hubiese sido una encantadora sonrisa, si las circunstancias hubiesen sido otras.
-El amor- comezo a decir - me ha jugado una mala broma, eras he pasado amando a un ser tan despreciable que aun me sorprende que el Todopoderoso lo tenga en su vi-na y gracia; soy culpable, si, culpable, de haberme entregado en cuerpo y alma a su merced, y el ha- en este momento, de nuevo, perlas iluminaban su tez -tirado mi corazon, se ha podrido este a su vez, se ha convertido en cochambre, perfido se ha vuelto el, que una vez al oir el nombre de ese maldito, saltaba de emocion y esperanza-.
Ya sospechaba yo que cupido era culpable de haber truncado su vida con desencantos. Oh! vida, esta vez te has superado en inmundicia, has hecho de esta firme y fragil mujer, un despojo del amor, se rapida y vete de su cuerpo, que en este mundo no hay peor suplicio que el del amor!. Tales pensamientos innundaron mi mente al terminar ella su confesion, depues de la cual, fijo de nuevo su mirada en el suelo, al instante una sonrisa ilumino su rostro.
-Pero, vaya usted a saber!, he sido feliz, con el, pero lo he sido en medida imposible de mesurar-
-Pero que?...-
-Silencio, espere un momento, lo agradezco, haber conocido la verdadera felicidad, en verdad lo agradezco, pero como todo en este mundo tiene un precio, di mi corazon por ella, di todas mis fuerzas afectivas por conocer la verdadera felicidad, y no fui defraudada. Me fue remitida con sus letras, con sus palabras, con sus caricias; llego y se fue, pero por un instante pude provar la miel mas dulce, el atardecer mas hermoso, el verano mas gentil, el invierno mas fresco de toda mi vida, junto a el.-
Sin duda algo macabro y cinico habia crecido en el corazon de esta entidad. Arriba sobre la copa de los arboles que rodean el camino que el bus seguia, soplaba fragilmente el viento, hacia abajo un rectangulo rojo se movia con moderada rapidez, abriendose paso entre los autos, luchando contra la oscuridad de la ya instalada noche. Sobre las paredes de este movil, enajenado a los sufrimientos humanos que se suben ma-nana tras ma-nana; apretandose entre ellos, entre resoplidos de frustracion, entre los -mierda! ya voy tarde-, habian quedado estampadas las palabras de esta mujer. Carajo! por cuanto tiempo el amor la habia mancillado (seguramente hasta el cansancio o demencia), para aturdir sus sentidos y embrutecer su corazon, su corazon! fuerza mas grande en el universo infinito de la metafisica. Agradecer?, ciertamente solo un loco, enfermo mental, saciado de estupefacientes, lobotomico, sadomasoquista pudiera agradecer al mas grande de sus verdugos, por lo que respondi
-Habla de nada, calmese. Su mente no piensa en linea recta, divaga por el dolor. Piense en lo que dice, controlese-
-Lo he pensado mas de lo que alcanza su mente a comprender, es por eso que le digo que me alegro y agradezco, no solo a el, tambien a Dios, por darme esa magnifica oportunidad-
Era tal mi embotamiento intelectual, por estas afirmaciones que desafiaban el sentido comun mas fuerte de los entes pensantes, que calle pateticamente. Force mi mirarda en otra direccion, como si alli encontrara la respuesta que buscaba, cai, despues, en razon que no era una respuesta la que necesitaba, sino una explicacion. Una frase que explicase tal comportamiento propio de un ser divino, dar todo para recibir una infima parte de un paraiso prometido del cual jamas veras, tal Moises, so-naras con el, viviras casi solo para disfrutarlo, pero jamas sera palpable. Se paro y se fue sin mediar palabra. El amor, la libertad, la guerra, la paz, son mas que palabras, son percepciones de espiritu, de alma, de corazon. Se van y se pierden igual que la esperanza, y no queda nada. Una complicidad en la vastedad de la tristeza, que en los momentos presentes, cala mi piel hasta los huesos.
Imploro ahora a una fuerza mayor, reitero mis deseos, el suplicio eterno no es suficiente para aquellos que tiran un corazon a la basura. Pocas fuerzas quedan ya en mi cuerpo, me abandona la respiracion. Me rindo, estoy listo, esto es el fin. |