Tanto papel en blanco impide la expresión y
el pensamiento se desvanece en blancas ilusiones
que rayan con lo cierto.
La vida del autor y del propio viviente se basa en la vaga
aventura presente y se esfuman ruidosas,
entre niños y casas, la noche, la ternura
y el olor de la barca pescadora de vientos,
de sueños, de rincones,
de papeles gritones que no esperan momentos.
Tanta vida al alcance nos abruma la misma,
y nos hace miedosos.
Rezongones de tinta y dibujamos rojos sin romper corazones
Y bailamos corriendo sin notar los acordes
y movemos y morimos.
Y también nos reímos pero no de contentos.
Tanto aire que asfixia la razón más severa
y autoriza la pena de ahogarse y temerse,
tanto omnipresente verde en árboles y aguas
y el azul tan intenso de la mar que no calla,
tanto desaliento...
Que llevamos la vida sin procesar sus tiempos,
de manera atrevida.
Nos comemos la sal y quedamos sedientos.
Tanto dios, tanta noche sin aspirarla lento,
saboreando sonidos, olfateando silencios,
acariciando olores a fugaces pimientos,
marchitando con soles despacito los cuerpos
Y en algún remolino susurrando un te quiero.
Con tanto papel en blanco, tanta vida al alcance,
Tanto aire que asfixia,
tanto dios, tanta noche ... en libertad.
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