Gritos Internos (II)
Sofocando los caminos polvorientos
en los pasos que he de conseguir
me arrodillo ante los soles libertarios
que por la noche nos cantan las mentiras;
de las madres al lloran en mutuo silencio.
Vísteme con almendra, con jocote verde
de mi pueblo al florecer;
los muertos ríen y los vivos también.
Ya me canso de mis pies torcidos
me lamento de mi mano derecha,
absuelta de pecado original; pero:
culpable de los orgasmos fingidos.
Con el paso del viento, del rocío,
los postes del mismo muelle que me vio partir
secos y húmedos, verdes y podridos están, y:
Reconocen la pérdida de mis lamentos.
Contagio una vida que nada engendra
sea con los mitos o talvez con el crecer,
que escondidos nos hacen mas bien
y las lotos y corteses ya crecidos
doblan su reino sobre mi derecha
padeciendo hambre y sexo austero
en las cumbres de lo protegidos.
Coronel y su Guerra, Incer con la de él
Neruda con mentiras, Cuadra en la mente
me contemplo en el espejo y soy feliz.
Busco en los negros renacuajos,
y en las aguas del bosque perdido;
sin saber el final de lo que me he convertido
por la años ganados en los lugares bajos.
Ya el siglo pasado del Boaco que ame
era muy distinto al cruzar el camino
que con la fuerza mental me junto en el olvido,
de los muertos en el panteón y los vivos
caminando detrás.
Con el baladro en mi garganta trato de completar
la pérdida vida, el viejo aliento,
de las lagrimas de sulfuro que he robado,
y la ultima pieza de mis amores que engañaron
el Lunes que ellos mataron y cortaron el umbilical
cordón de mi viejo puerto.
Tengo canas; hasta en mi pecho,
señas que estoy vivo de sufrimiento;
con la vida en los labios de los adúlteros,
que de una u otra forma soy parte.
No escondo mi uñas sucias, largas;
para contemplar la verdad que me embriaga;
la duda
la intriga
la misma muerte.
En el final del mes que he de morir
me acuerdo de mi terruño
que con el pétalo en la mano
me abrió la caja de mi fusil imaginario.
.........................mas |