La entrevista
Presionado por el editor, para que trajese material para una entrevista, bebí el ultimo sorbo de café que quedaba en el pocillo, pague la cuenta y salí sin rumbo.
Mientras caminaba entre la gente, solo mis pisadas oía, volaba entre personas y remontaba hasta el cielo. Las luces me recubrían y sentía el aire en mis alas, el viento pegaba en mi frente, lo que veía me deslumbraba, tomaba altura, y soñaba...
Siempre entrevisto, y me gusta, es interrogar a alguien con el fin de conocer algo relacionado a su vida, su trabajo sus ilusiones, fracasos o algún dato que se desee saber.
En una entrevista se espera encontrar un sentimiento oculto, algo que aflore desde el interior, lo que no se ve a simple vista, el arte ¿es algo que enriquezca el alma y el espíritu de quien es entrevistado y quien entrevista?
Aterrice al lado de un vagabundo, su ropa sucia y desprolija colgaba de su cuerpo, me atravesó con su mirada como si yo no estuviese, sentí el frío agudo de sus ojos que colaban mi ser.
- ¿Hacia donde se dirige?
- Nunca se donde voy, según el día, el tiempo, si hace calor, si llueve, si estoy alegre o triste, me dejo llevar, muchas veces despierto en lugares que ni siquiera sabia que existían.
- ¿Por qué?
- Muchas veces intente, e intento, crear una definición por el momento y se, sin lugar a dudas, que hoy no lo tendrás, el porque va más allá que una repuesta.
- ¿Cuánto tiempo hace que es vagabundo?
- No recuerdo el tiempo, recuerdo el día, ese maldito día.
Mi matrimonio había fracasado y tenia no se que números de días desocupados, un día salí sin rumbo, lentamente me he convertido en lo que ves.
- ¿Esta buscando un lugar?
- ¡Ya te dije! No se ni mi importa, conozco lugares nuevos, que a veces se repiten o no, el sur de hoy puede ser el norte, el este o el oeste, muchas mañanas son atardeceres y muchos calores se convierten en pocos fríos, río a carcajadas de llanto y lloro penas de rizas, no interesa la dirección, vivo en la tierra.
- ¿A donde quiere llegar?
- No tiene que haber un donde, un porque, no me lo cuestiono, se dio así, como quién espera la noche a la tarde y sin darse cuenta la tarde se convierte en noche.
Le agradecí por dejarse entrevistar, ahora que se aleja, me doy cuenta, que no le pregunte el nombre, creo, al fin que no hace falta, tal ves sea como cualquiera. Guarde mis apuntes, levanté la vista y ya no estaba, se abra ido entre sombras en penumbras, bajo el sol o con el viento, o quizás está aquí y él que se ha ido he sido yo.
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