Año 2860
Año 2860 la estación orbital se hallaba en la parte oscura de la galaxia, dos seres eran despachados por el desmaterializador bíblico.
El sonido silencioso de la nave se interrumpía cada tanto por el sistema de seguridad que, en busca de intrusos o irregularidades recorría monótono los laberintos de la "Madre".
Creía estar preso del sistema, de manera ilógica era solo un elemento, un pequeño engranaje de la sobria y compleja SIREVI (sistema recaudador de vida) ya no existían gobiernos, ni países después de la epidemia solar, causa de la contaminación que trajo aparejada una inesperada mortandad. Se creyó, que recubriendo la atmósfera por 100 días con el método de cobertura espacial se solucionaría la infección solar, en parte funciono, se logro, que la infestación se redujera en un 60% pero algo salió mal, fueron muchos días sin sol, los hielos continentales se extendieron, nunca se penso que se congelaría el mar hasta los trópicos.
No crecieron plantas en este período los animales murieron de hambre y de frío, después científicos de todos los países crearon una computadora con inteligencia artificial, nunca más las personas tomarían decisiones, se equivocaron otra vez...
Madre, reclutaba los accidentados o convictos para viajar en el tiempo, vivir situaciones pasadas y futuras con el fin de recaudar datos sobre vidas, empleando a desechos humanos, como enlace recopiladores, de información, Madre procesaba los datos del archivo creando bases de comportamiento que utilizaría para interpretas algo que aún no podía entender, a pesar de su magnifico poder... los sentimientos.
Recuerdo que la leyenda india prohibía que los blancos les tomaran fotos, creían que de esa manera era absorbida su alma plasmándola en papel sus vidas no trascenderían después de muertos, dificultando así el pasaje eterno.
Al recordar esto esboce una sonrisa, que fue imperceptible mire por un pequeño ojo de buey hacia la tierra, desde tan lejos se veía fría y temblorosa ¿sería tal vez el presagio de un nuevo viaje?
Es increíble como los científicos habían logrado extirpar de los humanos la mente y el alma creando así un vínculo unido que manejaba a su antojo para escudriñar vidas a través del tiempo.
Se siente un temblor, una luz azul se despliega suave sobre la nave, es el cobertor de seguridad que repele implacable una lluvia de meteoros, veo como rebotan y estallan al chocar contra la defensa espacial.
Siento dentro de mí un zumbido en aumento, Madre, otra vez escudriña en mí, eligió al azar un destino y viviré esos momentos en vida de otros, el zumbido se hace más fuerte y agudo hasta que cesa, todo está en blanco, siento que pasa el tiempo a través de una vertiginosa velocidad y ahora choca duramente con una absoluta oscuridad.
¡Otra vez corporizado!, cuando abra los ojos estaré en el cuerpo de alguien y transmitiré la experiencia a Madre para que ella trate de entender lo que no sabe.
Abro los ojos lentamente, siento el cuerpo estremecido con miedo, al mirarme veo que soy un niño 8 años quizás 9, siento otro cuerpo a mi lado es más pequeño que yo, el miedo que pensé sentir es frío.
Una luz entre rosada y roja pinta las paredes desnudas de constantes figuras rosas, nos cubren viejos sacos que forman sombras sobre la cama y al darme vuelta siento como cruje el colchón de chalas.
El frío ataca mi alma, siento mil puñaladas por mi cuerpo que descansa, entre el sonido del viento y el amanecer que no aclara.
Solo hay ruidos en mi panza, se retuercen mis entrañas tengo hambre? ¡Mi estómago reclama!. El cuerpo de mi hermano acerca el calor que me falta, abrazo su tibio cuerpo y nuestros cuerpos se calman.
Creo haber dormido, igual siento frío, el sueño no pudo disfrazar la pena, sobre la pared en el techo una luz celeste y escasa penetra leve entre las chapas, estrellas, algunas tenues, otras forzada, se crean mirando el cielo, que está echo de chapas.
Se oye cantar un gallo, después otro, luego se entrelazaban van pintando la mañana y se derrite las escarcha, ya pasan las 7, hora de ir a la escuela, salto de la cama haciendo frente al día, busco zapatillas sin medias, el pantalón ya lo tenía, el pulóver, mi abrigo, cobija el pecho de frío, mamá, nos lava la cara con agua.
Papá ya se había ido, su trabajo no alcanzaba, salía todos los días temprano por la mañana, su trabajo era la caza, el "nutriero" le decían, el cuero él lo vendía y la carne se la llevaba, pero en estos tiempos, la caza no le rendía había mucha competencia, decía.
Nos acostamos temprano, de comer a veces no había, prendía el fuego con leña, que desde el campo traía.
Mamá, hacía lo que podía, no era raro encontrarla con lagrimas en sus mejillas, lavaba ropa para afuera, trabajando se entretenía, las penas eran muy grandes y siempre nos perseguían.
Con los guardapolvos puestos, nos peinaba y sonreía acariciaba mi rostro, pórtate bien me decía y a la mañana la leche era un lujo sin medida.
A veces tenía suerte pues con un beso y terrón de azúcar me despedía, la mayoría de las veces el beso era más dulce que el terrón de azúcar, pero esto MADRE no lo entendería jamás.
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