¿Acaso te diste cuenta de algo? No hay más dolor que aquel que despertó su obsceno disfraz de sierpe… y no hay más veneno que el de su boca.
Ya las aristas de su holograma, prefigurado en mis sueños, han ido perdiendo protagonismo… y esa, su hiriente enajenación que atormentaba mis noches estrelladas, su locuaz pensamiento irónico, no son más que un viento suave que arrastra el descompuesto hedor del pasado…
¿Acaso te diste cuenta de algo? Hay una luz que crece por fuera de su órbita y es casi como un bálsamo sobre mis viejas heridas. Hay una luz que crece entre los ojos de la noche… y que me enciende de deseo…
Es que acaso, ¿no te diste cuenta? Solo me hace falta tocarte…Desnudémonos del tiempo y la distancia y atravesaré la oscuridad de no verte, hasta fundirme en tus luceros eurítmicos… ¿Te has dado cuenta de algo? Acá están nuestras vidas, casi entrelazadas sin quererlo, casi sin buscarlo… casi sin proponerlo… y algo místico y sensual, profundo, etéreo… algo indefinido nos acerca sin remedio.
¿Te has dado cuenta de algo, nena? … Ya no puedo detener la inercia de este crucial dinamismo que me empuja hacia ti… Pues entonces, ¡desnudémonos! … y seamos parte del viento…