cromascape1963
MÁSCARA AL ACECHO
La música ascendiendo con el viento
Tamboriles de negros en las calles,
Vestidos de colores, abalorios
Que se dispersan donde nace el aire:
Frenesí, danzando por los huesos
Y una música cierta que, en la sangre,
Despierta los deseos y la pieles,
Contagia morbo, resucita y cae.
Perdida entre mulatos, ella cimbra
Contoneando con brillos ese talle,
Caderas fuertes, piernas que acribillan
Ojos deseosos que la ven y laten.
Al cerrarse la noche, muy cansada,
Deja el vestido, retoma el coraje
Volviendo al barrio obrero donde esperan
Sus cinco hijos, entre miedo y hambre.
Destello de lascivia de unos ojos
Siguen sus pasos, la ven apurarse,
acechan, como fiera ante la presa,
sigilo silencioso, sudan sangre.
La máscara del hombre ha caído:
Ahora está deseoso, y al foguearse,
Su esperma va buscando un pliegue cierto
Donde calmar su sed de derramarse.
Olvida todo: su mujer, sus hijos,
Y su trabajo, el de sustentarse,
urgido tras la piel que va deseando,
Pierde el sentido, sin descontrolarse.
Un navajazo limpio corta el paso
De la mulata, que en silencio cae,
Y sobre el cuerpo, como bestia en celo
Se quita todo el deseo que trae.
Los niños miran por esa ventana,
Donde, en las noches se asoma su madre
Con caramelos y unas figuritas
El pan, la leche y un amor sin lastres.
Cuando amanece, entre el caserío,
Lloran los niños, tristes, su desastre.
Y aquella bestia, sin rencor ni pena
Se peina y viste, con su diario traje.
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