Tras el mismo día que acuno, como contando de uno en uno me hirió el vástago vacuno y añoro casi de uno en uno. Sobre la misma vida que me cuelga llevo los recuerdos de la huelga, hoy; canté solo, solito en silencio. sobre la carne que nunca me venció. Voy en esta misma ronda la misma que he anunciado con el sol en la fronda y el temor más saciado. Indefinido voy con un solo sentido, y trabajo como oro perdido. Y me detengo sin relevo en la memoria en que siempre los elevo. Y muero en él.
Texto agregado el 23-03-2007, y leído por 84 visitantes. (1 voto)