Quizás podamos acudir al encuentro
quizás la distancia no llevaría a ninguna parte
pues los pedazos de niño esparcidos por esta demora
alimentan al hambriento desconsuelo
y lo hacen vivir sin sentencias, por ahora...

Se unen los rayos del sol
para satisfacer la agonía resplandeciente
entrando por la puerta de atrás sin previo aviso
no tocan y se muestran filosas, incandescentes
la amenaza flagrante de un nuevo día
de una gota de sal atrevida y solitaria
el tejado de vidrio cayendo, carne por carne
la explosión de las entrañas ansiosas del abismo
inocentes de tanta culpa, estúpidas
ignorantes de aquel destino turbio y suspicaz
ese maldito juego de esperanza y fe
esa ilusión retardada que imagina montañas
que imagina voluntades moviendo circunstancias,
moviendo sueños y espíritus,
cavando incansablemente hoyos inmensos
volcando las deposiciones de la mente
y el corazón...

Ya basta, no hay memorias sin filo
no hay remordimientos sin septicemias agudas
no existe la verdad sin pedazos de vidas
maltratados, malogrados, torturados entre la multitud
alguna vez pidieron ayuda, alguna vez gritaron
alguna vez nadie les prestó atención
y alguna vez, comenzaron a ser nada,
nada... contra la corriente se pudrieron
esos pendejos intentos de sobrevivencia
y pulcritud...
esos pendejos intentos de insistencia
y vuelos rasantes en el fondo del abismo
aquellas quemaduras que no dejaron huellas
y los golpes carentes de moretones
y sangre...
sangre coagulada de tanto esperar
se acumuló en mis ojos
y un día de esos, quiso estallar.
Tan fuerte que las mentes lo olvidaron
solo algunos quedaron,
muchos callaron,
solo escoria de algún pasado individual
que hoy se mezcla con el polvo de mi cuarto
y se esfuma como el tiempo en el reloj
hace presencia en días como estos,
aquella pieza de sapiencia humana
que en mis muñecas me mutila
cual silicio italiano me recuerda en las piernas
que por un día vivido, dos se auto eliminan
y en esa justa acción de suicidio colectivo
nuestras almas se liberan
y por fin, de los lamentos, pueden escapar
y vivir conscientes de aquella tortura liberadora
que dejamos atrás hace mucho tiempo
y no dirá "nos vemos",
sino con fuerza, "ya está".

"CARPE DIEM"