Nos formamos animosos en la línea, esperando, ansiosos, preguntándonos el por qué de tanta formalidad, lo repentino de la cita, la rigurosidad, y todas esas cosas... Salió de la nada, esa mujer, la encargada, decían algunos, la jefa, pensaron otros, muy elegante, sex appeal, eso pensé yo...
Entre los que estábamos poco a poco nos disputábamos el centro de su mirada, ella elegiría sólo uno, cómo ganar, pensé...
En esa vida de quince segundos o menos, donde su mirada se cruzó con la mía, la sentí, vacía, fría, tentativamente acusadora, me señaló y dijo "él viene conmigo"...
...Mi sorpresa fue mayor cuando me enteré que a ella algunos la llaman muerte |