[este es un cuento largo por lo que me tardé muhco en escribirlo y por lo que lo he dividio en partes, más adelante subo las que siguen :), así que no sehagan ideas ilusas de este texto que aún no está completo]


Esa fue la última vez que él me besó, desde entonces no he vuelto a besar a nadie, y aunque lo desee suprimir, sé que él me mentiría si dijera lo mismo al respecto. Por muy paradójico que parezca no existían ilusiones de que así lo fuera., nunca las hubo, y de haberlas habido sería un seudo suicidio de parte mía. Concluyendo hipótesis oníricas me quedé aquel día, con su sabor entre mis labios, ese encanto tan inigualable que ningún otro me supo dar. Hoy la rutina se trasluce de fastidio, las expectativas han sido demasiado altas para estos fracasos y dudo que nuevamente desciendan al nivel del mar. Razones las desconozco, quisiera saberlas, más que nada en este mundo, pero indagar en temas secretos sería tal como anunciar mi propia muerte. Te odio y quisiera seguir odiándote como lo hago ahora, cada día, al sonar mi alarma, recuerdo aquel beso amargo, ese tan distante a lo que me juraste ser y que seguramente jamás podrías haber alcanzado. Entonces te recuerdo, te extraño como nunca y entre esos precisos momentos te comienzo a odiar. Quizá fue demasiado improvisto que tu mirada chocara la mía, debí de haberte conocido en otro instante, lejos de la dimensión a la cual nunca pude entrar y en la que inexorablemente recaería mi vida. Continuábamos unidos, danzantes ante el viento que refrescaba el verano y alientes a toda distorsión de la cual no estábamos para nada exentos. Siempre he querido ser distinto a tus besos, ser cercano, amable con mis emociones y estando atento a la propia percepción que tu cuerpo me provocaba. Tú nunca serás así, estarás utópico a todas mis metas y por sobre todas las cosas, jamás, ni si quiera con mis besos, cambiarías la forma extranjera de expresar tu sentimiento.
He cambiado muchas veces de narrador, de protagonista a testigo y de vivir en carne mis letras a simplemente imaginar tus deseos. Mas no importa demasiado, lo único que a estas alturas es relevante es creer en tus miradas, saber interpretarlas, carcomer mis entrañas en tu piel, tratando así de comprender si quiera en una estrofa el porqué jamás me correspondiste un deseo.
Hasta estos días espero tu llamada, ya ha tardado demasiado, una eternidad. Debería de olvidarme de tu perfume, pretender que nunca lo sentí entre mis brazos. Pero no puedo quitármelo, es demasiado profundo. Ya se ha incrustado en mis poros y todo lo que respiro es tu imagen. Sé que me odiaré el resto de mi vida por negarlo, por negar que irremediablemente me enamoré de ti. Si tan solo supieras de mis pensamientos, tal vez las cosas serían distintas y mi ser no lloraría en vano. La historia se simplifica en una ecuación sin factor X, lo más probable es que mi deficiencia en matemáticas me impida leerte como siempre lo quisiste, pero mi orgullo se niega a necesitar ayuda de un matemático.
La sola idea de ver tu imagen expandirse en una metástasis sin freno me hace sentir un extremo esplendor de cólera y delirio. Vivir bajo dolor y sangre es lo único que hasta entonces me parecía correcto, claro, todo eso antes de descubrirte realmente y de ver en ti lo que hoy me tiene desnudo frente a los aullidos de la locura. Quizá estuvo mal, pero el misterio de aquellos sucesos me es más preocupante que la verdadera forma de narrar esta historia