El superproyectil transoceánico se trabó, por lo que de inmediato se envió a una escuadra aérea que fue repelida a mitad de camino. Se optó por la armada pero los torpedos hicieron su agosto con ella y el plan fue abortado. Una misión especial envió entonces un destacamento de cinco mil paracaidistas, pero una peste acabó con el noventa por ciento de las fuerzas terrestres. Los sobrevivientes debieron sortear campos minados, feroces grupos de asalto y terrenos pantanosos. Jonson y dos de sus subalternos se encontraban a cinco millas de los enemigos, Les dispararon con sus ametralladoras pero fueron repelidos, sólo se salvó el Comandante, quien malherido, tomó una roca y cuando uno de los rivales estaba a cinco pasos le asestó con ella en la cabeza. Fue apresado y llevado donde el general. En la tienda de este, se le ordenó sentarse y uno de los oficiales le destrozó la manga de su uniforme con su afilado cuchillo, dejando su brazo desnudo a la vista. El General, a su vez, se descubrió el suyo y asiendo vigorosamente la sucia mano de su oponente, juntaron ambos codos y comenzaron a forcejear, colocando el mapa de sus respectivos países a ambos lados. Después de cinco minutos de duro bregar, el brazo del comandante pudo más que el de su rival, abatiéndolo sobre el mapa del país en disputa. Fue ungido, por lo tanto, vencedor y el ejército opositor, en pleno, tomó sus armas, agrupó filas y en pocas horas la nación vencida quedaba a disposición del comandante... |