Me deslizo entre las curvas de tus letras como un gato ronroneando mis deseos, esfumada en el azul de tu lomo temeroso adaptado a las formas y los fondos. Salto el hemisferio de tu nombre para dibujar entre mis labios una sonrisa ajena perdida con las frases y me extiendo paralela acompañando tu suspiro mientras trasciendes en la inmensidad de los semblantes. Todo nada el infinito junto a ti apoderándose del tiempo, entretejiendo las letras y los labios circunscriptos a tu imagen. Entonces me besas en un simulacro de descuido rozando la tibieza de mis párpados, tallando la mirada en este rostro enamorado que explora lo profundo. Y tu aliento alberga la felicidad de mil instantes que rondan por el aire, el brillo repentino inmerso en los silencios junto a la sabiduría que fluye con tu sombra. Todo lo tuyo se ata a la fugacidad del alba, a los sueños y las noches ancladas en mi piel como un eco placentero que nunca dejaré de amar.
Ana Cecilia.
Texto agregado el 09-03-2003, y leído por 428
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