Frente a una gran mía
(si ellos no saben que es, problemas de ellos es, no mío)
de los ejércitos negros, “sucumbimos”.
Fuente alterna de guerrilleros
dragas escondidas de molineros
cartuchos quemados del fuego interno.

La bomba maldita, no hizo nada.
la desgracia acaecida;
vino después.

Me fumé unos puros;
en otras ocasiones unos tabacos.
Fue en el Parasal que la muerte
llego en busca de “Mexicano”.

La lucha murió en el mes de Julio,
a como calló el verde bosque
bajo el fuego humano de aquellas balas.

Los cantos del cadáver y los cantos en el amanecer,
por la tarde; los susurros, ya, en la mera noche: lloro.

Frente a un cadáver amistoso tantas veces lloré.
Frente al camarada muerto; seguimos de frente.
Ya la vida me ha blanqueado, no solo vista,
sino el semblante; de un guerrillero muerto;
por aquel que la mano me quieren dar.

Muero en vida lejana; sin hijos que me conozcan.
Descanso en tierra ajena; para estar como edecán.
La lucha dura y profunda es, ellos; libres defecan.