Oficial: la soled… perdón la jubilación es un hecho
El día de hoy me llegó la noticia, justo al entrar al hospital, yo ya lo intuía pero me negaba a aceptarlo: -- Doctor Ricardo Pantoja vengo de personal a comunicarle que a partir del lunes próximo 10 de mayo, sale de vacaciones prejubilatorias—
Y de nuevo todos los recuerdos me invadieron; 30 años de mi vida dedicados a la institución, miles de cirugías realizadas, angustias de algunos casos complicados, residentes que luego se hicieron especialistas, y que luego se marcharon,enfermeras que se fueron marchitando con el paso del tiempo, y tu inminente presencia, tu inminente recuerdo: --vamos por diez años mas-- me decías y después a gozar de paseos y de los nietos.
Y mírame en que circunstancias me encuentro, a siete días de mi jubilación, tú, muerta hace diez años, los hijos que se marchan, Adriana que no se ve para cuando con un nieto, y yo inmensamente solo.
Por una concesión especial los últimos días los dediqué a retirar de mi oficina mis libros, mis recuerdos, algún regalo que me negaba a llevar a casa; tiré infinidad de papeles, todos viejos;
mientras paseaba por los pasillos me miraban como quien ve a un fantasma, o a un desahuciado, secreteaban a mis espaldas. El doctor Medina, mi amigo y compañero, será nombrado el nuevo jefe de servicio.
Me pareció ver como flotaba cuando se acercó por el pasillo, estrechó mi mano y al hacerlo sentí en él una especie de compasión por mí.
Es extraño, la enfermera jefe de piso toda la mañana se ha estado refiriendo más a él que a mí: aun no concluye el día y ya me olvidan.
Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva el metal, salva la escoria
y cifra en Su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.
Ya todo está. Los miles de reflejos
que entre los dos crepúsculos del día
tu rostro fue dejando en los espejos
y los que ira dejando todavía...
Borges se ha metido ya en este momento de mi vida.
¿Qué pasaría si tú estuvieras a mi lado?
¿Sufriría igual? ¿Me alegraría?
|